Terroristas de Al-Qaeda se habrían establecido en el sur de El Líbano

L D (EFE) El matutino, que cita informaciones de organismos secretos de seguridad de distintos países sin identificar, afirma que los activistas se hallan en el campo de refugiados de Ain Hilue, vecino a la ciudad libanesa de Sidón, unos 35 kilómetros al norte de la frontera de ese país con Israel. Su presencia en Ain Hilue, donde operan distintas organizaciones palestinas, entre ellas Al-Fatah, de Yaser Arafat, enfrentada con los terroristas islámicos, explica los recientes choques armados por el control de ese campo, el más populoso de El Líbano, agrega el periódico.

El contingente incluye a jefes superiores de ese grupo, ideológicamente hermanada con la milicia integrista de Hizbulá (Partido de Dios), que opera en el sur de El Líbano contra las fuerzas de Israel estacionadas en las “granjas de Cheba”, un territorio que aquella reivindica como parte de la soberanía de ese país. Los jefes llegaron a El Líbano desde Afganistán por territorio de Irán y Siria, donde estuvo de visita en dos o tres oportunidades Mohamed Atta, supuesto líder de los 17 terroristas que perpetraron el 11 de septiembre del año pasado el ataque contra las torres gemelas de Nueva York y en el Pentágono de Washington. Las autoridades de Siria, incluida en la lista estadounidense de los países que cooperan con organizaciones terroristas, no proporcionaron esa información a Washington, según Haaretz.

El hijo de Osama ben Laden, Omar, se marchó de Siria con su madre, Nagua, tres semanas antes del doble ataque contra EEUU y después de recibir instrucciones secretas para que lo hiciera, asegura el diario. Omar y Nagua, que volvieron a Siria después de aquel ataque, aunque ya no se encuentran en ese país, residían en el barrio alauita de la ciudad de Latakía por un acuerdo destinado a proporcionar refugio a los parientes de Ben Laden, añade. La organización terrorista, que tendría contactos con jefes de Hezbolá, aunque no confirmados, contaba con una infraestructura en Siria que permitía a sus activistas moverse con facilidad y sin las trabas que les ponían tras ese ataque contra EEUU en otros países árabes.

tras la ofensiva estadounidense contra los talibanes en Afganistán, el Gobierno del presidente de Siria, Bashar al Asad, cambió de posición y expresó su disposición a cooperar con los servicios secretos de Washington en torno a la organización Al-Qaeda. Pero, según el diario israelí, “está claro que fue una cooperación táctica y sólo parcial” con esos organismos. La información que dio el Gobierno de Damasco se concentró en las operaciones de células de Al-Qaeda en Alemania, no las que desarrollaban en Siria.