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Bush insiste en que la ONU adopte una resolución enérgica contra el régimen de Sadam Husein

El presidente de EEUU insistió en que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución enérgica" contra Irak, que sirva para que la organización establezca su verdadera autoridad y no pierda su relevancia internacional. George Bush ha dicho que Bagdad es una potencial amenaza para sus vecinos.

LD (EFE) "Quiero ver una resolución enérgica de la ONU, una resolución que diga que se han terminado los días de engaños", manifestó Bush, cuya intención declarada es propiciar el derrocamiento del régimen del presidente iraquí. El presidente de EEUU señaló en Trenton (Nueva Jersey) que la resolución debe "permitir que los países amantes de la paz desarmen a Sadam Husein antes de que amenace a sus vecinos, antes de que amenace a la libertad, antes de que amenace a EEUU y antes de que amenace a la civilización".

La Casa Blanca acusa Bagdad de desarrollar armas de destrucción masiva y de promover el terrorismo. Irak anunció el lunes en la ONU que rechazará cualquier resolución que anule un acuerdo que, según ha dicho, concertó con el secretario general Kofi Annan, aparentemente referido a inspecciones de armamento en los palacios presidenciales iraquíes. "No le corresponde a Irak decidir si el Consejo de Seguridad adopta una resolución ni tampoco qué tipo de inspección debe ser", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.

Boucher agregó que las últimas declaraciones iraquíes sobre las inspecciones, a las que accedió sin condiciones la pasada semana, son una prueba de que su Gobierno se retracta de los compromisos que adquiere. Los nuevos llamamientos estadounidenses a aprobar una resolución enérgica contra Irak en la ONU se producen cuando los líderes del Congreso estadounidense analizan un proyecto de resolución de apoyo, pedido por Bush, a una operación militar contra Irak, si éste la considera necesaria.

Líderes demócratas del Congreso han denunciado que el borrador de resolución es demasiado ambiguo y, de aprobarse como está redactado, autorizaría a Bush a emprender operaciones militares no sólo en Irak sino en todo Oriente Medio. El último en sumarse a las críticas contra la política de la Casa Blanca fue el ex vicepresidente Al Gore, quien el lunes afirmó que el Gobierno ha comenzado incluso a perder el apoyo de sus aliados. Dijo que el apoyo del presidente a los ataques preventivos contra Irak es una política individualista al "estilo de los vaqueros" del Lejano Oeste. Advirtió que EEUU no ha concluido aún la guerra contra el terrorismo lanzada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York.

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