L D (EFE) Vestido con traje oscuro, con una insignia dorada en la solapa izquierda, frente a un atril cubierto de flores blancas y hojas verdes, ante un cortinaje también blanco y con la bandera iraquí a su derecha, Sadam Husein utilizó un tono cadencioso y reposado en una alocución de 25 minutos plagada de invocaciones religiosas.
“La derrota será lo que obtendrá cualquiera que trate de agredir a los árabes y musulmanes, pues se tendrá que enfrentar al poder de nuestras armas, nuestros músculos y nuestra fe”, señaló Sadam Husein, desafiante frente a las amenazas de Estados Unidos de atacar su país para derrocarlo.
El jefe del Estado de Irak recalcó que “las amenazas y agresiones no atemorizan al pueblo iraquí” y pidió a Naciones Unidas que cumplan sus compromisos y entablen un “diálogo equilibrado” con Bagdad para solucionar los problemas pendientes, “de acuerdo con las resoluciones internacionales”.
“La derrota será lo que obtendrá cualquiera que trate de agredir a los árabes y musulmanes, pues se tendrá que enfrentar al poder de nuestras armas, nuestros músculos y nuestra fe”, señaló Sadam Husein, desafiante frente a las amenazas de Estados Unidos de atacar su país para derrocarlo.
El jefe del Estado de Irak recalcó que “las amenazas y agresiones no atemorizan al pueblo iraquí” y pidió a Naciones Unidas que cumplan sus compromisos y entablen un “diálogo equilibrado” con Bagdad para solucionar los problemas pendientes, “de acuerdo con las resoluciones internacionales”.