El escándalo minó la reputación de uno de los líderes más consolidados de Europa, artífice de la reunificación alemana en 1990, y le obligó a dimitir de su cargo como presidente honorífico de la CDU. El ex canciller alemán todavía se enfrenta a una demanda del Parlamento sobre si las donaciones constituyeron soborno.
Kohl admitió haber roto las reglas de la fundación de partidos políticos, pero rechazó las acusaciones que le culpaban de haber aceptado las donaciones a cambio de favores políticos. Kohl se negó en reiteradas ocasiones a decir el nombre de las personas que le dieron el dinero, algo por lo que se dijo que estaba fomentando la controversia aún más y que dañaba tanto su propia reputación como la del CDU.
El partido cayó del poder en 1998 cuando ganó las elecciones la coalición gubernamental formada por el Partido Socialdemócrata (SPD) y el Partido Verde. El impacto del escándalo para la reputación de la CDU les ha dejado con pocas posibilidades de recuperarse antes de las elecciones generales del próximo año.
La investigación sobre Kohl fue suspendida por falta de pruebas, y ahora se ha quitado de en medio de la investigación. El secretario general de la SPD, Franz Muentefering, afirmó que "Helmut Kohl ha seguido fiel a sí mismo. Ahora ha comprado su salida de la investigación por 300.000 marcos".
Kohl no será procesado pero deberá pagar una multa de 25 millones de pesetas
El ex canciller alemán, Helmut Kohl, no será procesado por malversar fondos públicos cuando se encontraba al frente del ejecutivo alemán, según anunció un tribunal de Bonn que aceptó poner fin a la investigación iniciada por la Fiscalía de Bonn sobre las donaciones secretas recibidas por su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU). A cambio de esta medida, Kohl deberá pagar 300.000 marcos (unos 25 millones de pesetas), pero no tendrá antecedentes criminales.
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