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Kohl se niega a declarar ante la comisión investigadora del Parlamento Federal

El ex canciller federal, Helmut Kohl, (CDU) se negado categóricamente a contestar este jueves a las preguntas formuladas por la comisión investigadora de la financiación ilegal de su partido en el Parlamento Federal (Bundestag). Es ya la tercera vez que la comisión interroga a Kohl. “He tenido que soportar –dijo el ex canciller– una oleada de calumnias y difamaciones”, para añadir que la coalición gubernamental (SPD y Los Verdes) le ha utilizado como arma de política partidista.

Katia Borrás / Múnich. Especial para Libertad Digital.- La comisión investigadora del escándalo de financiación ilegal de la CDU intenta esclarecer si el partido cobró comisiones ilegales por el envío de 36 tanques a Arabia Saudí durante la Guerra del Golfo, en 1991. El gobierno saudí encargó entonces a la empresa Thyssen el envío de 36 unidades. Puesto que la empresa no disponía en ese momento de esa cantidad, se llegó a un acuerdo con el Gobierno federal para servir diez de los tanques pertenecientes al contingente del Ejército alemán (Bundeswehr) con caracter de adelanto. Posteriormente, Thyssen repondría el préstamo armamentístico con tanques nuevos. El valor pecuniario de los 36 tanques era de aprox. 60 millones de marcos (casi cinco billones de pesetas), sin embargo, la empresa Thyssen cobró 446 millones de marcos (casi 37 billones de pesetas) del país árabe, de los cuales unos 220 millones de marcos (unos 18 billones de pesetas) corresponderían a cantidades repartidas en concepto de soborno.

Según Kohl, la decisión de servir tanques del efectivo de la Bundeswehr obedecía a razones de política exterior, entendiéndose como acción de apoyo por parte alemana a la Alianza Atlántica en la Guerra del Golfo y para que Arabia Saudí pudiera reforzar su defensa ante su peligroso vecino, Sadam Hussein. No obstante, en su momento todo este asunto no se dio a conocer a la opinión pública.

Las contradicciones proliferan

Las declaraciones de unos y otros se contradicen. Mientras que el antiguo ministro federal de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher (FDP), ha respaldado este jueves ante la comisión investigadora la postura de Kohl de haber actuado como lo requería la situación de politica exterior en ese momento; el propio Kohl asegura no haber tenido conocimiento de las cuentas secretas de su partido en Suiza bajo el nombre ficticio de Fundación Norfolk, pero lo cierto es que entre 1993 y 1998 la CDU recibió más de dos millones de marcos (unos 165 millones de pesetas) en concepto de donaciones anónimas que nunca figuraron en la declaración de Hacienda del partido. Por otro lado, las declaraciones de Lüthje, antiguo apoderado general de la Tesorería de la CDU, contradicen el testimonio de Kohl, ya que asegura que Kohl sí tenía conocimiento del dinero negro procedente de Suiza.

Sobre las cantidades secretas presuntamente abonadas por donantes, cuyos nombres Kohl no quiere revelar por cumplir con su palabra de honor de mantenerlos en el anonimato, pesa la sospecha de que podrían no ser donaciones, sino proceder de los fondos de la empresa Thyssen destinados a pagar comisiones por encargos. El administrador y repartidor de esas “comisiones” era el traficante de armas, Karl-Heinz Schreiber, hoy en Canadá.

Pero aún hay más. También el ex secretario de Estado en el Ministerio federal de Defensa, Pfahl, en paradero desconocido desde 1999, habría cobrado 3,8 millones de marcos (unos 288 millones de pesetas) en concepto de “comisión” por el asunto de los tanques. Otro millón de marcos fue a parar en primer lugar al asesor fiscal de la CDU, Weyrauch, en 1991. El entonces tesorero de la CDU, Kiep, estuvo presente en la entrega llevada a cabo en Suiza. Schreiber asegura que el dinero debía ir a parar a las arcas de la CDU, lugar al que nunca llegó. Un año después de la entrega, el dinero fue presuntamente repartido entre Weyrauch, Kiep y Lüthje.

Y más: el ex presidente del partido, Schäuble, y la entonces tesorera, Baumeister, relatan versiones contradictorias en torno al pago de otros 100.000 marcos (más de 8 millones de pesetas) efectuado por Schreiber en 1994. Mientras Schäuble asegura que cobró el dinero directamente de Schreiber, Baumeister asegura que fue ella quien recibió un sobre de Schreiber que entregó a Schäuble y que, transcurridos unos días, éste le entregó el dinero que nunca llegó a ser declarado al fisco. Schreiber, por su parte, afirma que nunca obtuvo un acuse de recibo del pago.

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