La campaña electoral en Canadá se acerca a su recta final con una clara ventaja del Partido Liberal sobre la conservadora Alianza Canadiense, pese a que una mayoría de los votantes dicen estar cansados de gobierno liberal tras siete años consecutivos en el poder.
Para muchos, el problema es que no existe una alternativa real al actual primer ministro, Jean Chrétien, y su formación política, que se mantiene en el poder de forma ininterrumpida desde 1993. El segundo partido en las encuestas es la conservadora Alianza Canadiense, liderado por el antiguo ministro de Hacienda de Alberta, Stockwell Day.
Las últimas encuestas de opinión otorgan a los liberales una intención de voto de entre el 40 y el 45 por ciento del electorado, mientras que la Alianza Canadiense se sitúa entre el 25 y el 28 por ciento, prácticamente los mismos números que al inicio de la campaña electoral, hace dos semanas.
La intención de voto no ha cambiado después de los dos debates televisados en los que Chrétien se enfrentó a los otros cuatro principales candidatos a la votación del 27 de noviembre.
El problema, señalan los expertos, es que Day y la Alianza no son lo suficientemente canadienses o, dicho de otra forma, que las políticas del recién renovado partido conservador se asemejan demasiado a las propuestas que se ven en los Estados Unidos.
Por si fuera poco, se acaba de saber que Day, antiguo predicador cristiano, es un declarado partidario del creacionismo: cree que la Biblia debe leerse literalmente, niega la teoría de la evolución, considera que los humanos descienden directamente de Adán y Eva y que la Tierra sólo tiene unos pocos miles de años de antigüedad.