Da igual lo que diga ETA, porque José Luis Rodríguez Zapatero está decidido a llegar a las próximas elecciones de 2007 con la expectativa de paz brillando en el escaparate. La
última amenaza terrorista, conocida este sábado, no ha producido en el Gobierno una respuesta distinta a la de los anteriores. El diálogo o su promesa continuará, mientras la banda quiera, a pesar del rearme, la
violencia y el chantaje. Su brazo político,
Batasuna-ETA, ha traducido el nuevo comunicado etarra como un apremio al Gobierno para que inicie "un proceso de negociación que reconozca la autodeterminación y supere la partición territorial" de País Vasco y Navarra.
Mariano Rajoy ha ofrecido a Zapatero su apoyo para romper con los asesinos y volver al Pacto Antiterrorista.
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Luis del Pino.