Parece que Zapatero reserva para el día de la Fiesta Nacional todo lo que no se atreve a decir en el Parlamento o, al menos, en público. La
candidatura fallida de Bono fue –dice el presidente– "el día del descoloque" y, a toro pasado, afirma que él ya conocía el desenlace. De ETA, adelanta que la
legalización de Batasuna no requerirá condena de la violencia. Y del sustituto de López Aguilar, nos enteramos ahora que
será "una mujer". Se abren las apuestas. Como en las dos ocasiones anteriores, la crónica del brillante Desfile de las Fuerzas Armadas sólo quedó ensombrecida por los abucheos al presidente del Gobierno que, esta vez, no tuvo más remedio que levantarse al paso de la bandera de EEUU.
