La irrupción de Garzón en el caso de los peritos que encontraron relación entre ETA y el 11-M sigue generando reacciones. La primera la protagonizó el número dos de Rubalcaba,
Antonio Camacho, y su amenaza de ser "implacables contra cualquier conducta tanto dentro como fuera de las instituciones policiales que ponga en cuestión el buen hacer de una policía profesional y democrática”. Por otro lado, la defensa de
los peritos ha recurrido la competencia de Garzón en el caso y Manos Limpias le ha denunciado por ello ante el
CGPJ que ya ha arrancado una investigación. Mientras todo estro ocurría en Toledo, Interior
condecoraba a los escoltas que mintieron en el caso Bono.