El ministro libanés de Interior, Hassan Saba, ha presentado este domingo su dimisión al Gobierno, reunido en sesión extraordinaria, tras los incidentes registrados en la capital durante las protesta por la publicación de las caricaturas de Mahoma. Miles de
manifestantes musulmanes quemaron el consulado de Dinamarca en Beirut, atacaron iglesias y destruyeron coches, comercios y viviendas. Un día antes, la embajada danesa fue destrozada por los fundamentalistas, que también
arrasaron las legaciones de Chile, Suecia y Noruega al grito de "Alá es grande".