El jefe del Ejecutivo provocó esta semana la polémica con su "reflexión" sobre el derecho de reunión de los batasunos. Con las críticas todavía recientes y con los informes de la Policía que le desmienten, Zapatero ha preferido eludir la polémica durante un acto del PSOE en Valencia. Tampoco ha querido entrar en las negociaciones sobre el Estatuto catalán pese a que su partido entregaba a PSC, CiU, ERC e Iniciativa una nueva propuesta de pacto. Las únicas referencias han sido para atacar al PP.

Frente al repentino silencio de Zapatero, el líder del PP sí que se ha referido a las pretensiones de Batasuna-ETA de celebrar una "asamblea nacional" sin que el Gobierno lo impida. Mariano Rajoy sospecha que ese mutismo y la inacción para evitar el acto de un partido ilegalizado responden a una compleja estrategia. El objetivo de un presidente al que acusa de "triturar" la Constitución y "amparar la ilegalidad" con "regalos a los terroristas" es que ETA "le venda una tregua como sea" y se pueda presentar ante los españoles para que "le disculpen por no defender  la ley".