Antes del pleno sobre la última cumbre europea lo dijo sin cámaras ni micrófonos: no tuvo ocasión de hablar de la muerte del Papa. Pero a la salida del Congreso, los periodistas registraron lo que ya es la
primera declaración informal del presidente del Gobierno de España sobre el acontecimiento. Dice Zapatero que nunca le ha gustado "entrar en competición en lo que respecta a los duelos y a la forma de expresarlos". Mientras,
Roma se colapsa por la afluencia de fieles. Miles de ellos se quedarán sin ver al Papa.