Con tal argumento y disculpándose sólo por "el lugar, el momento y las formas" en las que vertió las acusaciones de golpismo en Venezuela contra el Gabinete Aznar,
Moratinos ha pretendido zanjar la polémica. Desde el PP, Gustavo de Arístegui insistió en que mantener el fondo es reincidir en la acusación y que "el calumniado no se va a sentar con el calumniador".
Zapatero se ha dado por satisfecho con la actuación de su ministro.