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El presidente del PNV mostró su sorpresa cuando su antecesor en el cargo, Xavier Arzalluz, confirmó que su partido mantenía negociaciones con la banda terrorista. Entonces, Imaz no se dio por enterado. Ahora, sigue negándolo pero reconoce que “ a veces hay que hablar con el diablo y bajar al infierno para hacerlo”, aunque estima que “no es conveniente publicitarlo”. Sobre la extorsión etarra, el consejero del Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, cree que se utiliza para “meter miedo más que para recaudar dinero”.
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