El líder socialista, vencedor en las elecciones, dice estar dispuesto a gobernar en solitario, aunque con acuerdos "concretos" con "casi todos" los grupos políticos. Sin embargo, desde Cataluña y el País Vasco empiezan a recordar a Zapatero los "compromisos".
Carod ya le ha puesto precio a sus ocho escaños,
Maragall quiere presencia del PSC en el Consejo de Ministros y
Elorza espera que se potencie la línea "vasquista" ahora que "se siente el olor a libertad".