La horrible masacre que padeció Madrid ayer quedará grabada para siempre en la memoria de todos los españoles. Porque, a pesar de ser, después de Israel, el país más castigado por la lacra del terrorismo, España, los españoles, jamás habíamos tenido que enfrentarnos a tanto horror concentrado en un solo día.

Es posible que se hayan manifestado contra el terrorismo todavía más millones de españoles de los que lo hicieron contra el asesinato de Miguel Ángel Blanco.

El brutal atentado de ETA del 11 de marzo de 2004 constituye la última oportunidad de ETA de conseguir sus objetivos. Y para conseguir esos objetivos resulta imprescindible derrotar al PP y abrir la posibilidad de un gobierno en el que puedan entrar el partido de Carod Rovira y quienes aún no se han atrevido a confesar que comparten su misma estrategia.

Casi doscientos muertos y mil quinientos heridos ha sido el saldo de los actos terroristas ocurridos en Madrid el 11 de marzo.

En la estrategia de lucha contra ETA, los gobiernos de José María Aznar han sido perfectamente conscientes de que, para ganar, necesitaban aislarla políticamente y derrotarla policialmente.

La coincidencia en el dígito 11 del día y las dimensiones de la masacre, han hecho que un diario abriera su portada sobre el atentado de Madrid con el título “el día de la infamia”.

Decía el filósofo emperador romano Marco Aurelio que si no quieres ser como ellos no hagas lo que hacen ellos. Por ejemplo, si no quieres ser ruin y malvado, no actúes ni pienses como los que, en efecto, lo son.

Ya salieron los periódicos del día después. Hubo algunas ediciones especiales el mismo día pero lo importante estaba por venir, y llegó, haciéndose eco de un rumor que recorría la ciudad desde las declaraciones de Otegui y que el propio Acebes alentó después al confirmar (no podía, no debía hacer de otro modo) los hallazgos del furgón con dinamita y rezos coránicos.

Dos millones de personas se conectaron a Internet durante las primeras horas de la mañana del ignominioso 11-M para informarse sobre la barbarie terrorista.

El espanto, el asco y los mensajes de condena del genocidio de este 11-M en Madrid, perpetrado casi con toda seguridad por ETA, son la nota dominante en la inmensa mayoría de las bitácoras extranjeras de un extremo al otro del planeta.

Querría que alguien me explicara cómo es posible que, tras la petición del club alcarreño y la posterior adhesión inquebrantable del equipo conquense, el Juez de Competición del Grupo XVII de la Tercera División decida aplazar el partido que tenían previsto disputar mañana el Guadalajara y el Quintanar del Rey, y sin embargo el Real Madrid, símbolo mundial de la ciudad que acaba de ser aniquilada por los terroristas, vaya a jugar por obligación su partido de Liga contra el Zaragoza cuando el Gobierno acaba de decretar tres días de luto nacional.