Con el caso Carod todavía encima de la mesa, el presidente de la Generalidad está dispuesto a seguir con sus propósitos. Ahora pide que le "dejen gobernar" y que se abandone el "clima bronco", pero anuncia "decisiones que marcarán nuestra vida pública" en lo que calificó de un momento decisivo para los pueblos de España. Su mano derecha, José Montilla, hablando en nombre de los
barones del PSOE, dice que "la crisis está cerrada".