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'Vikingos modernos': un viaje al interior de los fiordos noruegos

En Gudvangen, un pequeño valle del interior del fiordo de Sogn, en Noruega, se ha construido un pueblo imitando al detalle a una aldea vikinga de hace 1000 años, siendo habitado por decenas, de lo que podría denominarse 'vikingos modernos'. Rodeado por un espectacular paisaje natural, con paredes casi verticales de 1500 metros de altitud, agua fría y cristalina y un horizonte de verdor infinito, ya de por sí son alimento para la imaginación de quien desea regresar al pasado de este paraíso terrenal sin piedad. 

Poblado vikingo de Gudvangen
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Poblado vikingo de Gudvangen

Dos de los 'vikingos modernos' que viven en el poblado de Njardarheimr, en noruego, también denominado Viking Valley, se cruzan por los caminos que conectan las diferentes casas. Un poblado vikingo moderno, que imita casi a la perfección la vida cotidiana de hace mil años.

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En la aldea vikinga de Njardarheimr, antiguo nombre del actual Gudvangen es posible mezclarse con algunos 'vikingos modernos'. No se trata de actores disfrazados, sino de auténticos vikingos de todas las edades que tienen como estilo de vida la época vikinga. Saben bien su historia y tienen un conocimiento incomparable sobre la vida vikinga de hace un milenio .

Fiordos noruegos, la cuna de los vikingos
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Fiordos noruegos, la cuna de los vikingos

Durante la época vikinga Gudvangen fue un importante lugar para el comercio. El emplazamiento era conocido por ser el lugar de los dioses junto al fiordo Naerøy, el fiordo dedicado a Njord, el dios del comercio y la navegación. Este conecta con el gran fiordo de Sogn, Sognfjord en noruego, considerado uno de los más largos del mundo y Patrimonio de la Humanidad. 

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Ya que la ropa no llevaba bolsillos, cada vikingo portaba encima, colgado en su cinturón, su propio cuchillo o diferentes utensilios del quehacer diario. 

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Los cuernos, muy comunes entre los vikingos, eran utilizados sólo para beber. Los más lujosos podían estar engastados en piedras preciosas o plata.

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La técnica y el avance en construcción de barcos que atesoraban los vikingos era su ventaja mayor contra otros pueblos de Europa. Nadie se animaba para no salir al mar abierto excepto ellos ya que sus embarcaciones, llamadas drakkar, podían recorrer grandes distancias, en poco tiempo.

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Mal Dickson, uno de los responsables del asentamiento vikingo actual se dispone a entrar en la casa más grande del poblado. Una estancia similar a un templo, con suficiente amplitud como para alojar a todos los vecinos del pueblo.

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Mal Dickson muestra algunos objetos de la aldea vikinga, entre los que destaca un casco, un cuchillo, un abalorio y una especie de chaleco militar. 

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Dos de las personas que viven durante varios meses en este poblado moderno, vestidos de vikingos, esperan a que se calienten unas salchichas.

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Los tejados también son decorados imitando a cómo los decoraban hace mil años en este mismo lugar: con motivos animales, cabezas de serpientes y arte floral.

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Un niño practica su puntería al estilo vikingo con el hacha, bajo la atenta mirada de un instructor. En el interior del poblado es posible realizar tareas cotidianas y también entrenar para la batalla.

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Los tejados de las viviendas vikingas eran una importante forma de aislar de la lluvia y el frío. Los vikingos dejaban crecer la hierba y el musgo en sus casas para obtener un aislamiento extra en los gélidos inviernos noruegos.

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Karl, uno de los 'vikingos modernos' que vive en el poblado, pasea por sus caminos cargando una lanza.

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La comida en el campamento se prepara a partir de antiguas recetas con ingredientes de esa época. En el poblado de Gudvangen, estos vikingos modernos, cultivan sus propios alimentos. Al igual que sus antepasados, una vez terminada la jornada cogen sus armas y comienzan sus entrenamientos.

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Hace mil años esta zona era navegada por diferentes embarcaciones vikingas de diversa índole. Hoy en día las actividades deportivas con el fiordo como protagonista son una forma de rememorar aquella época pero desde otra perspectiva menos bélica.

Montañas sobre el mar
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Montañas sobre el mar

Otra estampa más de la belleza de los fiordos noruegos donde los ríos y cascadas desembocan en el mar y que hace 1.000 años eran navegados por los intrépidos vikingos.

Un restaurante vikingo moderno
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Un restaurante vikingo moderno

En la cercana localidad de Flam un edificio destaca entre los pocos que hay en esta zona. Se trata de Aegir Brewery & Pub, un restaurante con gastronomía vikinga que ha sido diseñado imitando las edificaciones vikingas.

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En su menú se pueden encontrar platos que bien podrían ser típicos en la época vikinga y que además son marinados con un surtido de cervezas para cada uno de ellos.

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Una vista general del fiordo de Aurland, con el pueblo de Aurland en primer término, es el canal por el que navegaban los barcos vikingos en su época. Este canal conecta con el gran fiordo de Sogn y Gudvangen se encuentra a pocos kilómetros. 

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Pasar una noche en Aurland, en el mismo corazón de los fiordos noruegos, es una de esas experiencias que se recuerdan para toda la vida. El silencio de este lugar es inigualable. Si el cielo está despejado, se puede ver un cielo estrellado libre de contaminación lumínica que seguramente podría formar parte de la diversión de los más pequeños en la época vikinga.

Barco de Gokstad
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Barco de Gokstad

En 1884, se descubrió el Barco de Gokstad, construido alrededor del año 890. Esta nave vikinga tiene 23 metros de largo y 5 de ancho. Era el tipo de embarcación que utilizaban para explorar y salir a mar abierto. Se calcula que de cada 80 barcos de este tipo regresaban vivos tal vez 30. Morir en el campo de batalla para ellos era un honor. Significaba que estos valientes guerreros llegaban al Valhalla, la morada de los dioses, donde les esperaba un festín de comida bebida y fiesta para luego resucitar e ir al campo de batalla y morir de nuevo para regresar al festín del Valhalla. Y así de forma ininterrumpida. Todo esto ocurría hasta el Ragnarok, donde según la leyenda los dioses nórdicos mueren. 

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Dos objetos decorativos que imitan la cabeza de una serpiente.

Barco de Oseberg
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Barco de Oseberg

Barco de Oseberg, desenterrado en 1904 se muestra en todo su esplendor en el Museo de Barcos Vikingos de Oslo. Los barcos disponían de muy poco espacio para el equipaje. Cada vikingo era responsable de su propio arcón o caja donde guardaba sus pertenencias y el botín de sus incursiones. En el centro del barco solían amontonarse las armas y los víveres.

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Esta embarcación está tallada con formas de serpientes, plantas o enredaderas que formaban parte de la decoración típica vikinga, muy presente en los relieves y dibujos decorativos de sus barcos.

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Rodeado por un espectacular paisaje natural, con paredes casi verticales de 1500 metros de altitud, agua fría y cristalina y un horizonte de verdor infinito, ya de por sí son alimento para la imaginación de quien desea regresar al pasado de este paraíso terrenal sin piedad. 

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