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En el interior del tren Al-Ándalus, uno de los más lujosos del mundo

Un viaje en el tiempo y sobre raíles, con un envoltorio de confort y exclusividad. El Al-Ándalus es un tren construido alrededor de 1930, al estilo Belle Epoque, que perteneció a la monarquía británica para desplazarse entre Calais y la Costa Azul, recuerda a los días gloriosos del ferrocarril donde dominaban sobre las vías el Orient Express o el Transiberiano. Un convoy poderoso con 15 vagones: restaurante, bar, recepción, dormitorios, de los cuales cinco de ellos coches son superiores y dos estándar. En total 32 habitaciones. Es el tren remolcado más largo de España y uno de los más espaciosos del mundo con 406 metros donde todos los días se puede disfrutar de una actividad diferente.

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El emblema del tren Al Andalus en el exterior de uno de los vagones. 

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Todo preparado para recibir a los pasajeros. 

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Las 11 en punto de la mañana. Es la hora indicada para convocar a los pasajeros del Tren Al Andalus. Tendrán un cocktail de bienvenida. 

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Una de las azafatas pasea por el interior de uno de los vagones del tren Al-Ándalus. 

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Uno de los pasajeros se dispone a acomodarse en su camarote momentos antes de la salida del tren. 

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Uno de los vagones comedor decorado al estilo de la época, con detalles art decó, que ha mantenido los maleteros de la parte superior tal y como estaban su su día.  

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El interior de uno de los baños con todo lujo de detalles en mármol y grandes espejos. 

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La tripulación recorre el salón principal para revisar que todo esté correcto antes de la llegada de todos los viajeros para el cóctel de bienvenida. 

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La indumentaria y los uniformes de la tripulación son diseñados con el escudo del tren de lujo de Renfe. 

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En las tazas de café, la vajilla y todos los utensilios de cocina están decorados con el logotipo del tren de lujo. Nada se olvida en este tren tan exclusivo. 

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Cada noche los viajeros del tren Al-Ándalus disfrutan de una velada amenizada por un pianista mientras cenan. 

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El bar-cafetería del tren Al-Ándalus donde dos chicas de la triupulación dejan todo preparado para los viajeros. 

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La prensa extranjera y los amplios y cómodos sillones son una combinación casi perfecta si se acompaña con un buen café. En el segundo vagón salón se puede disfrutar de un plan así. 

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Otra vista del segundo vagón salón. En este caso desde las mesas. 

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Un cartel informa del planing del día.

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La entrada a la zona de los vagones dormitorio. El detalle de la campanilla sobre la mesa recuerda que estamos en un verdadero hotel, aunque sea sobre raíles. 

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Al igual que en cualquier hotel, el Al-Ándalus tiene una recepción y una estantería dedicada a almacenar las llaves de cada habitación. 

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El buzón para las cartas que se encuentra colgado en la entrada a los vagones dormitorio. 

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El estrecho pasillo por el que se accede a cada dormitorio no hace justicia a la amplitud del compartimento de los viajeros, eso sí, distinguiendo entre suite superior y estándar. 

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La suite superior tiene en su interior un dormitorio y un baño privado. El amplio sofá se convierte en cama de matrimonio. Cada suite dispone de un teléfono con línea directa al servicio de habitaciones 24 horas, caja fuerte, minibar o armario ropero son otros servicios disponibles.  

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Un detalle del logotipo del tren bordado en la colcha de una de las camas. 

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Los coches-salón son joyas del patrimonio histórico ferroviario y cada uno de ellos tiene su propia historia. Uno de los miembros de la tripulación revisa que todo esté dispuesto a la perfección para dar comienzo el viaje. 

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El tren Al-Ándalus es una larga composición con cuatro coches-salón y siete coches-cama con 32 suites. 

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El Al-Ándalus fue el primer tren turístico de Renfe y en su construcción buscó su inspiración en modelos tan consagrados como el Orient Express. 

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