Segunda mitad del siglo XX
Arquitectura brutalista
Cemento a la vista, grandes edificios, volúmenes masivos... la arquitectura brutalista ha sido uno de los estilos más llamativos de la segunda mitad del siglo XX y algunas de sus obras más representativas son edificios sorprendentes, a veces para bien y otras muchas de una forma no tan positiva.
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Unidad de Habitación en Rezé, Nantes - Le Corbusier
Otras características del brutalismo suelen ser la escala gigantesca de las obras y su funcionalismo, es decir, que el diseño de los edificios debía tener en cuenta sólo el uso que se va a dar al edificio y no aspectos decorativos o su integración con el entorno. Los críticos suelen señalar como primeros edificios brutalistas a las Unidades de Habitación creadas por Le Corbusier, que edificó cuatro en Francia. En la imagen, la de Rezé
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¿Qué es la arquitectura brutalista?
Aunque según los expertos es difícil definir con exactitud lo que es la "arquitectura brutalista", hay varios rasgos en los que todos parecen coincidir, siendo el principal de ellos el uso del hormigón sin ningún tratamiento posterior. De hecho, de ahí la denominación “brutalista” que se derivaría de las palabras francesas breton brut, cemento crudo.
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Unidad de Habitación en Marsella - Le Corbusier
La Unidades de Habitación son edificios enormes como la de Marsella en la imagen, pensada para alojar a 1.600 personas y con unas dimensiones imponentes: 140 metros de largo por 24 de ancho y 56 de alto. En su interior 337 apartamentos y zonas comunes, tiendas, un hotel y un gimnasio o una pista de atletismo, ambos en la azotea
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Chandigarh Hight Court, Chardingarh - Le Corbusier
La arquitectura brutalista, con su funcionalidad, su aparente racionalidad y sus dimensiones colosales resultaba muy del gusto de regímenes en la órbita del socialismo y de gobiernos e instituciones "progresistas". Así, alrededor de la década de los 50 nacen proyectos como Brasilia, que no puede considerarse brutalista, o la Chandigarh, en la India, diseñada por Le Corbusier y con varios ejemplos de este estilo arquitectónico como el Edificio del Secretariado, en la imagen
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Barbican Estate, Londres – Chamberlin, Powell and Bon
El Londres devastado durante la II Guerra Mundial y los gobiernos estatistas de la Gran Bretaña de buena parte de los años 50 y 60 supusieron un auténtica explosión de la arquitectura brutalista británica. Uno de los mayores proyectos fue Barbican Estate, que recuperaba The Cripplegate, un área demolida en 1951. El gigantesco complejo tiene todo tipo de infraestructuras (escuelas, gimnasios, un centro de arte…) y cerca de 2.000 apartamentos
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Trellick Tower, Londres - Ernő Goldfinger
Trellick Tower es otro ejemplo del uso que se hizo en Gran Bretaña de la arquitectura brutalista. Se trata de una gran torre de apartamentos destinada a viviendas sociales y propiedad primero del Ayuntamiento de Londres y después de la entidad equivalente del distrito de la ciudad. Las dimensiones de la torre son importantes, 98 metros de altura y más de 200 apartamentos, pero sobre todo destaca en una zona de la ciudad en la que la inmensa mayoría de los edificios son casas bajas
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UMass Dartmouth University - Paul Rudolph
El brutalismo tuvo un singular terreno para expandirse en los campus de las universidades americanas, donde fue el estilo elegido para muchos edificios en los 60 y 70. Incluso en el caso del campus de Dartmouth de la Universidad de Massachusetts, todo él se planificó y construyó en estilo brutalista
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Regenstein Library, University of Chicago - Walter Netsch para Skidmore, Owings, and Merrill
Pero si en algo triunfó este "brutalismo universitario" fue en las bibliotecas de muchas universidades realizadas durante los 60 y 70. Se trataba de grandes edificios que centralizaban las bibliotecas de muchas facultades y con unos usos muy concretos, así que parecía terreno abonado para el brutalismo en boga. Quizá la mayor de todas fue la Regenstein de la Universidad de Chicago, cuyos 10 millones de volúmenes la hacen una de las más grandes del mundo
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Geisel Library, University, University of California, San Diego - William Pereira
Quizá la Geisel Library sea el más espectacular edificio brutalista de los EEUU y es, desde luego, uno de los más fotografiados. Su aspecto resulta impactante pero el uso del vidrio lo hace menos agresivo que otros ejemplos de este estilo arquitectónico. Desde su construcción en 1970 se ha convertido en uno de los símbolos de la prestigiosa Universidad que la cobija
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Geisel Library, University, University of California, San Diego - William Pereira
Tanto sus proporciones como el uso masivo del hormigón y la estructura a la vista se corresponden con un edificio brutalista, aunque la finalización resulte más espectacular de lo habitual
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Robarts Library, University of Toronto - Mathers & Haldenby Architects
La Universidad de Toronto también tiene su propia biblioteca brutalista, se trata en este caso de la Robarts Library, en cuyo interior se almacenan 4,5 millones de libros y más de 4 millones de documentos microfilmados. Se trata de un edificio terminado en 1973, por lo que corresponde a una etapa bastante tardía del brutalismo, y estéticamente es del tipo de edificios que se dirían llegados de un futuro no muy agradable. De hecho, ha sido usado en la película de ciencia ficción Resident Evil, en la que era ubicado en Los Ángeles
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Habitat 67, Montreal - Moshe Safdie
El brutalismo también puede tener un lado más humano, por así decirlo, y probablemente en ningún edificio resulta más visible que en Habitat 67, construido por el arquitecto Moshe Safdie para la expo de Montreal en el 1967. Se trata de un edificio de viviendas de 146 apartamentos –algunos más originalmente- formado por 354 bloques prefabricados de hormigón que se agrupan desde un único bloque a ocho en los mayores. Los bloques se amontonan de forma aparentemente desordenada hasta 12 alturas formando tres pequeñas "colinas" de hormigón y cristal. Planteado como un experimento para buscar una nueva forma de construcción más económica, fracasó en ese empeño pero se convirtió en un éxito entre los críticos arquitectónicos y los vecinos de Montreal
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Ayuntamiento de Boston - Kallmann McKinnell & Knowles
El Ayuntamiento de Boston es un buen ejemplo del gusto por el brutalismo de instituciones públicas durante los años 60 y 70. Fue elegido en un amplio concurso internacional por un jurado en el que había empresarios, hombres de negocios… y arquitectos. El proyecto no sólo significó levantar el edificio, sino ordenar parte del espacio que lo circunda en una plaza de aspecto también inequívocamente brutalista
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Edificio Edgar Hoover – Charles F. Murphy and Associates
Sin duda uno de los edificios brutalistas más populares, ya que dada su función como sede central del FBI hemos podido verlo en numerosas películas y series de televisión. Ha sido prácticamente desde su inicio un edificio polémico, muy criticado por su arquitectura, con un coste final cinco veces por encima de lo presupuestado y que, además, menos de 40 años después de acabado ya presenta problemas de mantenimiento. Incluso se ha llegado a comentar la posibilidad de demolerlo
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The Egg, Albany, NY – Wallace Harrison
The Egg, el huevo, es probablemente uno de los edificios más conseguidos dentro del brutalismo arquitectónico. En primer lugar porque su aspecto resulta extremadamente llamativo sin llegar a ser agresivo. De hecho, según la perspectiva desde la que se lo mire no se sabrá bien si se trata de un edificio o de una escultura
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The Egg, Albany, NY – Wallace Harrison
Pero además The Egg, concebido por el arquitecto Wallace Harrison como parte de un proyecto más amplio en el centro de la ciudad de Albany, en el estado de Nueva York, es un edificio que cumple con mucha elegancia con su función: se aprovecha de su forma para dar cabida a dos teatros, uno de 450 asientos y otro de 982
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Centro Estatal de Robótica, San Petersburgo - S.V. Savin, B.I. Artiushin
Un carácter propio muy influido por aspectos como la carrera espacial y el triunfalismo que se desató a su alrededor. Un "brutalismo soviético" que ha lanzado a la fama un exitoso libro del fotógrafo francés Frédéric Chaubin con fotografías de 90 edificios. Uno de ellos era este Instituto Científico Estatal de Robótica y Cibernética que parece dispuesto a despegar en cualquier momento
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Banco de Georgia, Tbilisi - George Chakhava
Otro de los edificios retratados por Chaubin era este en Tbilisi, que fue erigido como Ministerio de Construcción de Autopistas de la república soviética y hoy en día es Banco de Georgia. Si el edificio es llamativo hay otro aspecto de su historia que casi lo es más: su arquitecto era el ministro que encargó la sede, es decir, se contrató a sí mismo
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Soviet de Kaliningrado – Arquitecto desconocido
Un edificio con una curiosa historia que domina el perfil de Kaliningrado pese a que no está terminado. Empezó a construirse en los años 60 y el proyecto se demoró durante 20 años, pero en 1980 el Partido Comunista local lo abandonó y la construcción se paro. A partir de ese momento y durante dos décadas lució una amenazadora y brutalista silueta de cemento visto
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Soviet de Kaliningrado – Arquitecto desconocido
Pero en el año 2005 y para una visita de Vladimir Putin se decidió pintar de azul la inmensa mole de cemento. El resultado tampoco es una maravilla pero al menos resulta menos agresivo. El edificio, mientras tanto, sigue sin terminarse y de hecho un estudio aconsejó derribarlo y edificar uno nuevo: salía más barato
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Baltic Beach Hotel, Jurmala, Letonia – Arquitecto desconocido
Por supuesto, el brutalismo soviético no se frenaba mucho ante el patrimonio anterior, como este hotel en una playa en la ciudad letona de Jurmala, que tiene más de 400 edificios históricos catalogados. Actualmente, y pintado de blanco, es un resort de cinco estrellas
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Biblioteca Nacional de Kosovo, Pristina - Andrija Mutnjaković
El cemento visto propio del brutalismo se mezcla en ocasiones con otros materiales para alcanzar un grado de horror difícilmente superable. Es el caso de la reja metálica que encierra los módulos rectangulares que forman este edificio en Kosovo, rematado con unas cúpulas espaciales. Su mayor 'virtud' es, probablemente, que podría ser trasladado a Marte y estar igual de integrado en el entorno
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Sede UGT Madrid – Arquitecto desconocido
El sindicato socialista español se decidió por un edificio evidentemente brutalista para su sede regional en Madrid. El edificio está situado en la muy concurrida avenida de América y resulta imposible saber quién fue el arquitecto, que quizá haya preferido mantenerse en el anonimato al ver la magnitud del feísmo de su obra
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Sede UGT Madrid – Arquitecto desconocido
El edificio, eso sí, no se encuentra en un entorno en el que el daño arquitectónico sea muy destacable, aunque sus formas de cárcel interplanetaria -quizá un guiñó del arquitecto dado el uso real que iba a tener el edificio- dominan el amplio espacio urbano de salida de la capital
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Instituto del Patrimonio Cultural, Madrid – Fernando Higueras
Fernando Higueras es uno de los arquitectos españoles más conocidos y respetados del siglo XX y este edificio, concebido como centro de restauración del Estado, es una de sus obras más conocidas. Su aspecto exterior, realmente llamativo, ha hecho que pasasen desapercibidas soluciones arquitectónicas bastante interesantes que se encuentran en el interior
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Instituto del Patrimonio Cultural, Madrid – Fernando Higueras
Una de sus características más llamativas es que su forma de perfecto círculo se corresponde con una estructura de porciones absolutamente idénticas unas a otras que dan una increíble coherencia arquitectónica al conjunto y que, como decía el arquitecto en un documental: "Así dibujo menos, y esto lo digo en broma pero es en serio"
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Facultad de Ciencias de la Información, Madrid - José María Laguna Martínez y Juan Castañón Fariña
El brutalismo en Madrid llega probablemente a su máxima expresión en el horrendo edificio de la Facultad de CC. de la Información de la Universidad Complutense. Su aspecto es tan desagradable e inhóspito que han circulado sobre ella leyendas urbanas como que los planos eran idénticos a los de una cárcel o un hospital psiquiátrico
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Facultad de Ciencias de la Información, Madrid - José María Laguna Martínez y Juan Castañón Fariña
El edificio es un compendio de ‘virtudes’ difícilmente igualable: inapropiado para su función, desagradable, frío… está tan mal hecho que tiene detalles grotescos como que muchas ventanas –en un color dorado indescriptible- no pueden abrirse porque chocan con la repisa. Alcanzó la fama al convertirse en escenario de buena parte de la película Tesis, de Alejandro Amenábar, que utilizó con clarividente habilidad los lóbregos pasillos del centro como marco para una historia de terror. Amenábar sabía lo que se hacía: fue alumno de la facultad
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Torres Blancas, Madrid – Sáenz de Oiza
Las Torres Blancas son uno de los edificios más admirados de la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX. Su cemento exterior y sus poderosas formas nos hacen incluirlo en esta galería, aunque en realidad se suele clasificar más como arquitectura orgánica
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Torres Blancas, Madrid – Sáenz de Oiza
Aún con ese tono brutalista las Torres Blancas son un edificio hermoso a su modo y lleno de soluciones arquitectónicas de verdadero mérito. El interior de los apartamentos reproduce las formas circulares visibles desde el exterior y todo el diseño del edificio se adapta a esa circularidad. Están consideradas como una de las obras cumbres de Sáenz de Oiza, uno de los grandes arquitectos españoles
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Torre de Valencia, Madrid - Javier Carvajal Ferrer
La Torre de Valencia es uno de los edificios más polémicos de Madrid. Y lo es no tanto por sus propias cualidades arquitectónicas, superiores para algunos, no tanto para otros, como por su ubicación en un entorno en el que más que romper destroza el equilibrio de la zona. Además, acabó con la que podría haber sido una de las perspectivas más conseguidas de la ciudad: la vista desde la calle Alcalá abarcando en el primer plano Cibeles y edificios como el Banco de España o el Palacio de Correos y al fondo la Puerta de Alcalá
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Torre de Valencia, Madrid - Javier Carvajal Ferrer
La Torre se ubica en un valioso solar junto al Parque del Retiro, con lo que también estropea alguna de las perspectivas valiosas de este parque y en especial vistas del monumento a Alfonso XII. Para colmo, con motivo o sin él, siempre ha sido considerado uno de los símbolos y máximos exponentes de la corrupción urbanística del franquismo
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