La faceta más desconocida de Matisse se destapa en Madrid
Laura Galdeano
La más famosa representación del emperador Octavio Augusto es también una de las más conocidas imágenes de la escultura romana. Se trata de una copia en mármol de un bronce anterior y el nombre del escultor no ha llegado a nuestros días. La idealizada figura del emperador, con una ornamentada coraza de guerra es, sin duda, uno de los ideales de belleza clásica
La monumental estátua creada por Daniel Chester French es el centro del Monumento a Lincoln en Washinton. Se trata de una obra de imponente tamaño: 5,8 metros de altura y pesa 159 toneladas, todo sin contar el bloque de mármol de tres metros sobre el que descansa. La importancia de Lincoln en la historia americana y su simbolismo han hecho que esta estatua haya sido un referente en el arte y la imagen del S XX
El genial Bernini, quizá el máximo exponente de la escultura barroca, se atrevió a retratar en esta imagen el momento en el que Dafne es alcanzada por Apolo y se está convirtiendo en laurel. La magia de conseguir captar en el duro mármol el momento preciso en el que se está produciendo dicha transformación ha dado a esta escultura una merecida fama universal
Las grandes estatuas de Buda son un elemento relativamente habitual en Extremo Oriente. Una de las más famosas es este Buda de Kamakura que recibe su nombre de la ciudad en la que se encuentra y es una gran representación de bronce de más de 13 metros de altura y 93 toneladas de peso, pese a que el interior está hueco y, de hecho, se puede visitar su interior. Se cree que es del año 1250, aunque no se tiene certeza absoluta de que no se hubiese cambiado esta primera estatua posteriormente. Ha aparecido en numerosas obras de ficción, entre ellas el Kim de Kipling
Pese a haberse terminado tan recientemente como el año 2002 este Buda del Templo del Manantial -más conocido como del Templo de la Primavera por un error en la traducción del inglés- se ha convertido en una de las estatuas más famosas del mundo, entre otras razones porque es la más alta, con nada más y nada menos que 128 metros de altura, 153 con el templo en su base
El sacrificio de los seis burgueses de la ciudad de Calais que se ofrecieron como víctimas propiciatorias a los ingleses en la Guerra de los 100 años para salvar su ciudad es un episodio épico en la historia de Francia y se pidió al mismísimo Auguste Rodin que lo inmortalizase. Lo hizo en esta escultura de bronce llena de belleza y dramatismo. La imagen es del ejemplar en el puerto de la propia ciudad de Calais
Su presencia en un punto neurálgico de Madrid y su protagonismo en la celebración de triunfos futbolísticos han hecho que esta imagen de la diosa Cibeles diseñada por Ventura Rodríguez sea, quizá, la estatua más conocida de España
En muchas ocasiones una estatua es lo que es casi más por el lugar donde está ubicada que por su propias características escultóricas. El Cristo Redentor, que domina Río de Janeiro desde el monte de Corcovado. Se la considera la estatua art decó más grande del mundo -mide 38 metros de altura- y es obra del francés Paul Landowski. Fue inaugurada en 1931 y, desde entonces, es uno de los símbolos no sólo de Río sino de todo Brasil
Es quizá el vestigio arqueológico más famoso de España y una de las muestras de escultura prerromana más famosas de Europa. Se trata de un pequeño busto de 56 centímetros de altura del que se supone que tenía un uso ritual o ceremonial. Data entre los siglos V y IV a.C., es sin duda la más famosa representación del arte íbero y los expertos destacan sus influencias helenas
Probablemente el David de Miguel Ángel es la representación escultórica más famosa de un desnudo masculino y su influencia en los cánones de belleza durante siglos es innegable. Realizada por Miguel Ángel a partir de un único bloque de mármol de Carrara a principios del S XVI, en un principio estaba pensada para la catedral de Florencia, pero al terminarse se exhibió, durante siglos, en la plaza de la Signoria
Otra de las obras míticas de la Grecia clásica, el Discóbolo era originalmente una estatua de bronce que ha llegado a nosotros a través de copias romanas en mármol. El original de Mirón de Eléuteras se realizó a mediados del S V a.C. representaba a un atleta congelado en el momento del esfuerzo y se ha convertido también en un ideal de belleza. En la imagen, una de las copias romanas en una exposición el MARQ de Alicante
El Ejército de Terracota del primer emperador de China fue seguramente el mayor descubrimiento arqueológico de la segunda mitad del S XX: no es una estatua sino un verdadero ejército de miles de estatuas con las que se enterró Qin Shi Huang, en una inmensa demostración de poder incluso más allá de la vida. Cada una de las 8.000 estatuas tiene su propio rostro y por así decirlo, una identidad
La segunda escultura de Rodin de nuestra galería es esta de enamorados de la que el escultor francés hizo varias copias en mármol. El erotismo que transmiten estas dos figuras desnudas, bastante cándido para el S XXI, han convertido a esta obra en una de las representaciones más conocidas del amor... y del sexo
Su excepcional grado de conservación, su increíble realismo, y haber elegido como motivo a un simple trabajador -retratado no obstante con la inmensa dignidad que correspondía a un alto funcionario- han dado fama universal a esta estatua egipcia que se guarda en el Louvre de París y que se data unos 2.400 años a.C. Sin duda una de las cumbres del arte en el Egipto antiguo
La esfinge ya era de una antigüedad poco menos que indescifrable cuando Julio César llegó a Egipto, durante miles de años esta enigmática y gigantesca representación de una mujer con cuerpo de león ha sido la representación escultórica más conocida del mundo, reproducida en grabados y cuadros y protagonista de historias y relatos. Los últimos estudios sugieren que podría haber sido originalmente la gigantesca representación de una leona, y haber recibido posteriormente los rasgos femeninos que ahora conocemos
Si hablábamos de que Bernini es probablemente el máximo exponente de la escultura barroca, su bellísimo Éxtasis de Santa Teresa es quizá la más barroca de sus obras. La estatua recoge el momento en el que, tal y como narró la propia santa, un ángel se le apareció en sueños y atravesó su pecho con una flecha de amor divino que le produjo a un tiempo placer y dolor. Bernini lo retrata con una riqueza impresionante en los detalles, no sin cierto aliento erótico y con una descomunal belleza
No hay ninguna duda de que no es una obra de arte hermosa en el sentido en el que habitualmente usamos ambos términos, pero este urinario girado y firmado de Marcel Duchamp es, a decir de muchos críticos, una de las esculturas más influyentes del S XX. La obra de Duchamp pretendía cuestionar los límites de lo que es o no Arte, pero esa reflexión llega a pocos de los que la contemplan. El original, en la imagen, se perdió pero el propio Duchamp realizó numerosas copias en los años 60
Aunque no se trata de una obra sino de miles de ellas en cientos de catedrales europeas, traemos a nuestra galería a las gárgolas, las representaciones habitualmente grotescas y muchas veces demoníacas que cubrían los caños para evacuar el agua de los tejados de los templos. Se cree que las representaciones monstruosas se hacían para cumplir con una función simbólica, bien para proteger el templo bien para advertir a los fieles. En la imagen, una gárgola de la Catedral de Burgos
Esta figura extremadamente estilizada de un hombre en movimiento es sin duda uno de los iconos del arte del S XX y es considerada una de las piezas fundamentales de su autor, el suizo Alberto Giacometti. En febrero de 2010 se realizó una nueva copia en bronce que se convirtió una de las obras de arte más caras de la historia, superando los 100 millones de dólares en la subasta
Esta bellísima estatua de la cruel muerte del sacerdote Laocoonte y sus hijos es uno de los más importantes originales de la Grecia clásica que ha llegado a nuestros días. Se trata de una representación de un mito homérico que eran muy comunes en el arte griego. La estatua, sobre cuya datación hay una viva polémica, se conserva en los Museos Vaticanos
Si hay una estatua con un contenido simbólico en todo el mundo, ésta es, probablemente, La Libertad iluminando el mundo, el regalo que Francia hizo a Estados Unidos y que fue la primera e impactante visión que millones de inmigrantes vieron del nuevo mundo. La estatua fue un diseño de Frédéric Auguste Bartholdi y su estructura se encargo a Gustave Eiffel y se ha convertido en la imagen más repetida de la libertad
Esta inmensa estatua de 87 metros de altura es, sin duda, una muestra del más soviético arte soviético. El proyecto era un homenaje a la Batalla de Estalingrado (el nombre de Volgogrado durante la época soviética). La gran figura femenina, para que hizo de modelo una joven de la ciudad, representa a madre Rusia, pero también ha sido vista como una versión más o menos moderna de la victoria
El animal que según la leyenda amamantó a Rómulo y Remo se convirtió en el símbolo de Roma, y esta estatua que se conserva en los Museos Vaticanos se ha hecho mundialmente famosa en la creencia de que se trataba de una obra etrusca, aunque hace unos años el carbono 14 demostró que en realidad su origen es medieval
Originalmente una postal navideña diseñada para MOMA neoyorquino, esta estatua de Robert Indiana se ha convertido en uno de los más fotografiados y admirados iconos del arte pop. Lo cierto, no obstante es que la imagen más famosa, la que se encuentra en la Sexta Avenida de Nueva York aunque el original está en el Museo de Arte de Indianápolis
Esta pequeña imagen de un niño orinando de sólo 60 centímetros de altura se ha convertido en el símbolo de la ciudad de Bruselas y es, a decir de muchos, uno de los reclamos turísticos más decepcionantes del mundo. La primera versión se instaló en el S XIV y la actual es de 1619. No se sabe a ciencia cierta a qué obedece el origen de la historia y quizá eso ha contribuido a la fama mundial del pequeño meón
La veterana artista Louise Bourgeois realizó una serie de seis grandes esculturas de una gran araña que, para ella, representaba la maternidad. De un gran tamaño -casi 10 metros de altura- varias de ellas están en ubicaciones fijas como la entrada del Museo Guggenheim de Bilbao y, además, se ha montado temporalmente en muchísimas ciudades de todo el mundo. En la imagen la vemos cuando estuvo en Berna, frente a la sede del parlamento suizo
Como las gárgolas, traemos a nuestra galería a los Moai de la isla de Pascua como una única obra, aunque se trata de centenares de estatuas desperdigadas por toda la isla de Pascua. Son grandes monolitos de roca volcánica de toneladas de peso y cuya finalidad real se desconoce. Prácticamente todas tenían los mismos rasgos que han ejercido también una cierta influencia en el arte del S XX
Concebida para la tumba de Julio II en el Vaticano, finalmente la impresionante figura de Moisés y la propia tumba se instalaron en San Pietro in Vincoli. La figura del profeta no es de un tamaño excesivo -la escala algo más grande que el natural y mide 2,35 metros- pero transmite una grandiosidad y una magnificiencia impresionantes. Cuenta la leyenda que al terminarla el propio Miguel Ángel la golpeó y le dijo: "¡Habla!"
Durante 14 años 400 trabajadores trabajaron en la pared granítica del Monte Rushmore para esculpir los rostros -de unos 18 metros cada uno- de cuatro presidentes de los EEUU: Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln, que representaban los primeros 150 años de historia del país. Rápidamente se convirtió en uno de los monumentos más conocidos del país y su aparición en obras como la película de Hitchcock Con la muerte en los talones le han dado fama mundial
Otra de las obras más conocidas del arte egipcio es este bellísimo rostro de la emperatriz Nefertiti, esposa del herético Akenatón. Realizado por el escultor real Tutmose aproximadamente en el 1.345 a.C., fue descubierta por una excavación arqueológica alemana a principios del S XX. Su descubridor la donó al Museo Egipcio de Berlín, donde puede verse hoy en día
Aunque la figura de un oso rampante apoyado en un árbol es parte del escudo de Madrid desde el S XIII, no fue hasta hace menos de 50 años que la figura y el árbol se convirtieron en una estatua. Fue un encargo del Ayuntamiento y obra de Antonio Navarro Sabatés. Se inauguró en 1967 y desde entonces no ha dejado ser punto de encuentro para los madrileños y escenario de fotografía para los turistas que visitan la capital
Las estatuas de los tímpanos y los relieves de los frisos exterior e interior del Partenón de la Acrópolis son la obra magna del gran escultor griego Fidias que ha llegado a nuestros días. Además de por su impresionante belleza son conocidas por muchos por la polémica que generan: un porcentaje importante de los relieves, los Mármoles de Elguin, fue adquirido legalmente por un oficial y británico y no son pocos los que piensan que eso ha permitido que llegasen a nuestros días, pero el gobierno Griego reivindica la vuelta de las obras que se muestran actualmente en el Museo Británico
Incluso muchos observadores que no gustan especialmente del arte moderno quedan sorprendidos al ver en su entorno real -un extremo rocoso de la Playa de la Concha- el famosísimo Peine del Viendo de Chillida. Incomprensible para muchos pero integradas de forma casi milagrosas con las rocas, el agua, el viento e incluso el clima de la ciudad vasca, el conjunto tiene un extraño pero innegable magnetismo
La tercera obra de Rodin de nuestra selección es probablemente la más famosa de todas. La figura de este pensativo hombre es sin duda una de las imágenes más reproducidas y usadas desde que se presentó al público en 1904, casi 25 años después de haberse fundido. En la actualidad existen más de 20 copias en diferentes museos del mundo, entre ellas la del Museo Rodin que vemos en la imagen
Esta pequeña bailarina fue la única de sus esculturas que Degas mostró todavía en vida, si bien no se trataba del bronce que vemos hoy en día sino de una figura de cera de un extremo realismo: peinada con cabellos auténticos, con un tutú de verdad y zapatillas auténticas. A su muerte se encontraron unas 150 piezas en cera y arcilla y ser realizaron varias copias en bronce de su bailarina, que fue muy criticada en su momento pero se ha convertido en una pieza de fama mundial
En sus 101 años esta escultura en bronce inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen se ha convertido en uno de los símbolos de Dinamarca y una de las imágenes más conocidas del país, a pesar de su pequeño tamaño: sólo mide 1,25 metros y, eso sí, pesa 175 kilos. En los últimos años ha sufrido diversos episodios de vandalismo
Si decíamos antes que el descubrimiento del Ejército de Terracota en China fue el mayor hallazgo arqueológico de la segunda mitad del S XX, sin duda la tumba de Tutankamón fue el de la primera mitad. De todo el inmenso tesoro probablemente la pieza más conocida es la bellísima máscara mortuoria realizada en oro, obsidiana, turquesa, vidrio, lapislázuli, cuarzo y cornalina. Es también la pieza más valiosa del espectacular Museo Egipcio de El Cairo
Esta es otra de las esculturas más famosas de la Grecia clásica, representa a la diosa Afrodita -Venus para los romanos- y fue encontrada por un campesino en la isla griega de Milo, para después ser vendida a Francia. Desde entonces es una de las grandes estrellas del Louvre. Se la clasificado como una de las obras maestras griegas a pesar de que se desconoce su autor
Esta estatua dorada es uno de los símbolos de Berlín. Corona la impresionante Columna de la Victoria que se alza en el Tiergarten berlinés y se salvó por los pelos de la II Guerra Mundial: no sólo sobrevivió al conflicto en sí sino que al final los franceses quisieron volarla, pero lo impidieron americanos e ingleses. En las últimas décadas su fama se ha visto incrementada al aparecer en películas y destacados vídeos musicales
Nuestra selección se cierra con otra victoria alada, otra obra de la Grecia clásica y otra de las joyas del Louvre, donde cuenta con un espacio privilegiado de exposición que la hace inolvidable a todos los visitantes del museo. Se trata de una escultura datada en torno la 190 a.C. y fue encontrada en el S XIX por un cónsul francés en Grecia