Descubre cómo... se fabrica el cristal de La Granja
Desde 1727 se fabrica vidrio en La Granja de San Ildefonso, en la que fue una de las reales fábricas más prestigiosas de España: sus botellas, copas y jarras eran un producto admirado y demandado en toda Europa. Hoy en día, casi 300 años después se ha convertido en la Fundación Centro Nacional del Vidrio y se siguen creando preciosas piezas con un proceso artesanal muy similar al de siglos atrás, tan hermoso que parece casi mágico y que hoy les vamos a descubrir.
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A esta materia prima se le añade un porcentaje de material reciclado que resulta del proprio proceso productivo: sobrantes de determinadas piezas, productos con ligeras imperfecciones y, por supuesto, alguna que otra rotura
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Esta es la materia prima para el cristal de La Granja: arena de sílice con un porcentaje de plomo que lo convierte en vidrio
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Todo esto se mete en un horno cerámico y se calienta a más de 1.100 grados
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Una operaria especializada utiliza unas grandes varas de acero para extraer el material necesario para cada pieza que se va a fabricar
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Antes de poder trabajar el vidrio hay que enfriar un poco la vara de acero
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El tratamiento del vidrio empieza frotándolo insistentemente contra una superficie metálica
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Después empieza el soplado, probablemente el paso más conocido de la fabricación. Con sumo cuidado la gota de vídrio va ganando tamaño
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Una nueva sesión de masaje y nuevos soplados: la gota de vidrio va ganando tamaño y ya se acerca al de la copa en la que se va a convertir
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El siguiente soplado ha de hacerse en un molde para que la copa tome su forma definitiva. Los moldes están ubicados por debajo del nivel del suelo, para que el operario pueda manejarse con comodidad
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Aquí vemos como la copa ha quedado encerrada en un molde de acero sobre el que se vierten, cuando el operario lo activa con su pie derecho, dos chorritos de agua que enfrían el material
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Del molde ya surge la copa con su forma casi definitiva, aunque todavía le faltan la pierna y el pie que la sostendrán. El maestro vidriero entra ahora en juego
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El siguiente paso es realizar la pierna de la copa. Se extrae del horno otra pequeña cantidad de vidrio al rojo vivo con la que empieza a trabajar el maestro vidriero
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Utilizando diversa herramientas se va dando forma a la pieza, primero con lo que parece el mango de unas pinzas
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Después con otras pinzas que actúan como molde y tras aplicarlo se enfría la parte de la copa que se acaba de realizar
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Ya tenemos una perfecta pierna y es el momento de hacer el pie, para el que necesitamos una nueva carga de vidrio al rojo vivo
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Con la ayuda de unas pinzas se da a la nueva pieza de vidrio la forma plana y circular que supone una terminación estética para la copa y, al mismo tiempo, un soporte perfecto
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Las manos del maestro y una especie de trapito le dan el último toque al pie
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El siguiente paso será separar la copa ya prácticamente formada de la vara de acero en la que se ha formado. Una gota de agua y un golpe cuidadoso pero seco hacen el trabajo
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Tenemos una copa prácticamente como las que usamos en la mesa salvo, como es obvio, por la boca, que ha de cambiarse y, en cierta manera, abrirse
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De ello se encarga una máquina y, como prácticamente todas las operaciones que hemos visto hasta ahora, se hace con calor, en este caso el de una especie de pequeño fogón que se adapta a la apertura de la boca y calienta el vidrio hasta hacerlo desprenderse por una línea concreta
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La copa ya está prácticamente terminada, pero el vidrio sigue estado a una temperatura altísima y no se puede dejar enfriar a temperatura ambiente porque se rompería. Una especie de horno se encarga de ese enfriado en un lento proceso que durará unas seis horas
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Pasamos a otra zona de la fábrica en la que se realizan otros procesos, aunque algunos son similares a los que ya hemos visto, como la forma de hacer la boca de estas jarras con una especie de soplete y un soporte que va rotando
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Lo primero es tomar las medidas de otra copa, para que todas sean iguales, si bien en un proceso artesanal como éste siempre puede haber pequeñas diferencias
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A partir de la referencia de la copa ya decorada se marca la copa que se va a decorar
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Un compás será otra de las herramientas que usemos para hacer las marcas en la copa
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Una vez que ya están hechas todas las marcas se empieza el pulido, una operación extremadamente delicada que las operarias han de hacer con un cuidado exquisito
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El método es aparentemente sencillo: un disco -que tiene que humedecerse para que no suba la temperatura del cristal- va rallando la superficie. Sin embargo, con las habilidosas manos de las operarias es posible hacer casi cualquier cosa: formas geométricas, letras...
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Según la superficie a decorar y el tipo de decoración se usarán unos u otros discos, pero el cuidado será siempre el mismo
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Algunas piezas se decoran con elementos geométricos que les dan un aire más moderno, pero lo importante es que hay mucha variedad e infinitas posibilidades
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El proceso, sin embargo, no termina en la decoración, el embalaje también es importante en piezas tan delicadas. Para asegurarse de que llegan a su destino en perfectas condiciones se utiliza una curiosa espuma que al ponerse en contacto con el aire se expande
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Esta espuma en expansión es colocada junto a las piezas, de forma que toma la forma de estas como un molde, lo que garantiza una protección perfecta gracias a la cual el comprador disfrutará del precioso cristal de La Granja... y en perfectas condiciones
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