La Universidad de Salamanca, 800 años preservando el conocimiento
Recorremos el centro universitario de Salamanca, 800 años después del nacimiento de su gloriosa universidad. La capital universitaria es una ciudad de pensamiento, Patrimonio de la Humanidad y centro de conocimiento a lo largo de los siglos. En la actualidad posee la universidad más antigua de España.
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Cualquier estudiante podría afirmar que quedó embelesado la primera vez que vio esta fachada plateresca de su universidad y tal vez alguno podría pensar en su futuro, abrumado por el peso de su historia y la altura de su legado.
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En el Patio de Escuelas se puede ver, en el centro, la estatua en bronce de Fray Luis de León. Es una zona de paso donde cada día se llena de estudiantes que se dirigen a sus facultades.
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Su fachada plateresca se cree que pudiera ser un homenaje a los Reyes Católicos y los privilegios que estos otorgaron en muchas ocasiones a la insitutución castellana.
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El aula Miguel de Unamuno ya anticipa la vida universitaria que todavía mantiene su esencia genuína en Salamanca.
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Ya en el pasillo septentrional de la planta baja se encuentra una de las aulas mejor conservadas de toda la universidad, la de Fray Luis de León en el que no parecen haber pasado los años y todo sigue igual.
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En su bancada todavía puede palparse la huella que han dejado los alulmnos a lo largo de los siglos.
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La atmósfera universitaria de la época medieval parece haberse mantenido en su interior, donde se esconden tesoros y salas como el paraninfo, donde Miguel de Unamuno realizó su famoso discurso.
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La puerta del aula Dorado Monero.
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En el interior de la Universidad todas las estancias se ordenan en torno a un patio claustral: el paraninfo, la capilla, las aulas y una escalera que conduce a la biblioteca.
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Una de las salas de la Universidad de Salamanca donde se desarrolla una clase.
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La bellísima escalera de la Universidad de Salamanca.
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El claustro con la vista de la catedral de fondo.
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Antes de llegar a la magnífica biblioteca se distribuyen varias salas de consulta donde poder estudiar a fondo alguno de los manuscritos o libros que se guardan en el interior de la biblioteca de la Universidad de Salamanca.
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La biblioteca, fundada en 1254 por Alfonso X el sabio, atesora numerosos manuscritos e incunables de mucho valor. Destacan los llamados “libros redondos”, que Torres Villaroel compró en París y que se trataba de globos terráqueos y que los llamó para engañar al bibliotecario y los aceptase y pagase.
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A partir de 1506 fue preciso buscar una nueva ubicación para la biblioteca. Se abordó entonces la construcción de una sala en el piso superior de las Escuelas Mayores. Las obras comenzaron en 1509 y finalizaron poco después, en 1512, si bien la reja de la entrada principal, que aún perdura, fue colocada en 1526.
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En la actualidad se conservan 2815 manuscritos, 487 incunables y alrededor de 60.000 volúmenes impresos desde el siglo XVI hasta 1830. A ellos se une la mayor colección de prensa histórica salmantina de la provincia, así como libros editados desde el siglo XIX, en la Biblioteca Universitaria de Salamanca.
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Como curiosidad se conservan dos preservativos de la época.
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La colección de esferas celestes o terrestres, los “libros redondos y gordos”, en palabras del catedrático y escritor Diego de Torres Villaroel.
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Aneja al salón y concebida como una ampliación de la librería, se encuentra la sala de manuscritos e incunables, que ocupa el hueco interior de la fachada plateresca del edficio.
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En la actualidad se conservan 2815 manuscritos, 487 incunables y alrededor de 60.000 volúmenes impresos desde el siglo XVI hasta 1830
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En 1775 se trasladaron a ella el arca de caudales de cinco llaves de la universidad, por razones de seguridad.
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En el dintel de cada una de las cuatro puertas interiores se encuentra la célebre cédula de excomunión papal contra quienes “quitaren, distraxeren o enagenaren” libros.
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En noviembre de 1664 la bóveda de la biblioteca se derrumbó parcialmente, afectando gravemente al edificio y se desconoce, en qué medida también a su contenido. Durante los años posteriores, hasta la década de 1750, en la que se comienza a reconstruir
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En el patrio claustral puede visitarse el Museo de la Universidad donde está el famoso “Cielo de Salamanca”, un fragmento de la pintura mural que cubría la bóveda de la antigua Biblioteca de la Universidad. La obra se atribuye a Fernando Gallego y aparecen representados: el Sol, Mercurio, los signos zodiacales y algunas constelaciones.
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Paseando por el casco histórico de Salamanca se presenta la Facultad de Matemáticas con algunos de sus alumnos en la puerta.
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Varios estudiantes universitarios buscan su nombre entre los largos listados.
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En las calles colindantes a las facultades de la Universidad de Salamanca se encuentran varios restaurantes donde los estudiantes aprovechan para recobrar fuerzas y alimentar su cuerpo y mente.
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Una estudiante repasa sus apuntes frente al Palacio de Anaya en Salamanca que alberga actualmente la Facultad de Filología.
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Un grupo de universitarios caminando y tomándose un descanso.
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En algunos establecimientos de la zona se ofrecen, con atractivos eslóganes, bebidas para que los estudiantes puedan resfrescarse después de las clases y compartir un momento con sus compañeros.
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En Salamanca, la biblioteca del Campus de Ciencias lleva el nombre de Biblioteca Abraham Zacut. Además, frente a ella hay un edificio construido sobre el solar que ocupó la sinagoga antes de la expulsión de los judíos, y en él está ubicada la sección de matemáticas de la Facultad de Ciencias. En su interior, en una placa puede leerse una frase que proviene de dicha sinagoga.
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Una vista general de el conjunto universitario más famoso de España.
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La parte más nueva de todo el campus de la Universidad de Salamanca, el Campus Unamuno.
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En el interior del Campus Unamuno un retrato del escritor español que tanta huella dejó en la institución universitaria.
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La moderna biblioteca Francisco de Vitoria, dentro del campus Unamuno.
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