¿No les da últimamente que nos estamos volviendo como un boxeador grogui?

Al principo habia ganas de combate, pero golpe tras golpe, asalto tras asalto, cada vez lo que queda más es símplemente preocuparse por mantenerse en pie, seguir respirando, ya la pelea está olvidada, ya solo se trata de encajar los golpes lo mejor que se pueda, algunos ya ni los notamos, es tal ele cúmolo de malas noticias y mierda que nos cae encima que ya parece que a lo único que aspiramos es a encoger la chepa y esperar que el palo nos de lo más de refilón posible, y si cae de lleno, al menos que sea rápido y no duela, hay una sensación fatalista, es como quien estando en una empresa ve como se sucede ERE tras ERE, al principio es una tragedia, un terrible estrés cada vez que llega un viernes, con el tiempo sale callo ya se admite la fatalidad, y se espera resignado que llegue el palo, supongo que es una medida de defensa del cerebro humano, no puedes estar constántemente en tensión o enfermas, la indignación (si, indignación, la palabra indignado exitía antes del 15-m del año pasado) tiene un límite, llega un momento que se transforma en un sopor resignado, es como cuando sale el primer caso de corrupción "cabrones, habría que colgarlos" tras el nº 50 "joooder, otro" tras en nº 500 "de qué te sorprendes" con las malas noticias económicas igual, con los digos y diegos políticos más de lo mismo, con la situación laboral, la prima de riesgo, con el suelo del Ibex, con esto y aquello, ya llega un momento que solo cuenta el mantenerse en pie, seguir respirando, y esperar que el próximo golpe no nos tire a la lona.

Un saludo