Negocios son negocios...+
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Negocios son negocios...+
Enviado por Attilano el día 7 de Marzo de 2012 a las 12:56
Con permiso...+
Enviado por Attilano el día 7 de Marzo de 2012 a las 17:54
daré una segunda, pero última oportunidad a mi hilo.
Saludos con mis disculpas.
Saludos con mis disculpas.
jo, sr. attilano es que se nota mucho, pitas, pitas, pitas, pasaaaaaros por mi blooog (s/t)un saludo
Enviado por NH3 el día 7 de Marzo de 2012 a las 17:57
Respondiendo a... jo, sr. attilano es que se nota mucho, pitas, pitas, pitas, pasaaaaaros por mi blooog (s/t)un saludo
Enviado por Attilano el día 7 de Marzo de 2012 a las 18:02
Creo que es un ardid legítimo. He visto hacerlo en
muchas partes.
Saludos
P.D. Cuando presenté el blog, avisé que si tiene
muchas visitas Google va poner publicidad, ende
unos dolarillos para este indigente.
"El que avisa no es traidor."
¿Entre nos...cuesta mucho hacer un click, ja,ja ?
muchas partes.
Saludos
P.D. Cuando presenté el blog, avisé que si tiene
muchas visitas Google va poner publicidad, ende
unos dolarillos para este indigente.
"El que avisa no es traidor."
¿Entre nos...cuesta mucho hacer un click, ja,ja ?
a mi m eparece estupendo como actuaba su padre..
Enviado por linda2 el día 7 de Marzo de 2012 a las 22:40
Hagamoslo más fácil...+
Enviado por Attilano el día 7 de Marzo de 2012 a las 18:05
Negocios son negocios
o ni tanto...
Tenía yo unos 23 o 24 años, y ya poseía mi
pequeño negocio, pero seguía viviendo en la casa
de mi Padre (de bendita memoria). Naturalmente
no aportaba ni medio para los gastos. Ni se me
ocurría, ni mi padre me lo pedía, ni había
necesidad. Mi padre no era rico, pero si vivimos
cómodamente. Da la casualidad que trabajamos en
un rubro similar y que yo compraba cosas a mi
padre, aunque él no era mi único proveedor. Mi
padre era un cobrador implacable. Si la cuenta
sumaba digamos s/501.20 no se conformaba recibir
los 500 soles (a veces me faltaban monedas para
completar) sino que me exigía el restante. Si no los
tenía, no me cancelaba la factura, sólo ponía una
nota de "a cuenta". Entre mi renegaba ¡Que tacaño
es mi viejo, no me perdona ni un sol, ni un centavo!
Una noche, al llegar a mi cuarto veo al pie de la
cama una caja de zapatos nuevos con una nota:
Pruebalos, si no te quedan mañana los podemos
cambiar. Hm...era un día cualquiera, no había
motivo para dar regalos.
Los zapatos me quedaron muy bien, y en el
desayuno, después de agradecerlos, le dije a mi
Padre:
-Papa no te entiendo sinceramente. Eres implacable
en cobrarme hasta un sol, y anoche me regalaste
unos zapatos que como mínimo te costaron cien.
¿Por que, como es eso? Sabes que trabajo, no
necesito que me regales calzado.
-Son cosas totalmente diferentes me contestó.
Cuando te cobro este sol o fracción, estoy
pensando en ti como en un cliente cualquiera.
Además tu sabes que te hago un descuento
adicional a la hora de vender.
Pero cuando ayer vi estos zapatos en el escaparate,
pensé en ti como en un HIJO.
Así razonaba mi Padre. ¡ Descanses en paz mi
viejo!
o ni tanto...
Tenía yo unos 23 o 24 años, y ya poseía mi
pequeño negocio, pero seguía viviendo en la casa
de mi Padre (de bendita memoria). Naturalmente
no aportaba ni medio para los gastos. Ni se me
ocurría, ni mi padre me lo pedía, ni había
necesidad. Mi padre no era rico, pero si vivimos
cómodamente. Da la casualidad que trabajamos en
un rubro similar y que yo compraba cosas a mi
padre, aunque él no era mi único proveedor. Mi
padre era un cobrador implacable. Si la cuenta
sumaba digamos s/501.20 no se conformaba recibir
los 500 soles (a veces me faltaban monedas para
completar) sino que me exigía el restante. Si no los
tenía, no me cancelaba la factura, sólo ponía una
nota de "a cuenta". Entre mi renegaba ¡Que tacaño
es mi viejo, no me perdona ni un sol, ni un centavo!
Una noche, al llegar a mi cuarto veo al pie de la
cama una caja de zapatos nuevos con una nota:
Pruebalos, si no te quedan mañana los podemos
cambiar. Hm...era un día cualquiera, no había
motivo para dar regalos.
Los zapatos me quedaron muy bien, y en el
desayuno, después de agradecerlos, le dije a mi
Padre:
-Papa no te entiendo sinceramente. Eres implacable
en cobrarme hasta un sol, y anoche me regalaste
unos zapatos que como mínimo te costaron cien.
¿Por que, como es eso? Sabes que trabajo, no
necesito que me regales calzado.
-Son cosas totalmente diferentes me contestó.
Cuando te cobro este sol o fracción, estoy
pensando en ti como en un cliente cualquiera.
Además tu sabes que te hago un descuento
adicional a la hora de vender.
Pero cuando ayer vi estos zapatos en el escaparate,
pensé en ti como en un HIJO.
Así razonaba mi Padre. ¡ Descanses en paz mi
viejo!
je, je, a mi no me mire, yo ya había hecho click, pero no tengo nada que decir (s/t)un saludo
Enviado por NH3 el día 7 de Marzo de 2012 a las 18:09