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Lúcido articulo sobre la "crisis" de Juan Torres López Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla

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Lúcido articulo sobre la "crisis" de Juan Torres López Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla
Enviado por Sylvia78 el día 8 de Junio de 2012 a las 11:58
Hay que salvar a España, pero de quién y cómo

Desde que empezó la crisis, sus verdaderos causantes han conseguido evadir sus responsabilidades y hacer que quienes la sufren incluso se sientan como los culpables y que paguen sin rechistar los platos que otros han roto.

Los bancos españoles fueron los primeros responsables de lo que ha ocurrido en nuestra economía al haber financiado una burbuja inmobiliaria irracional y a una clase empresarial (si es que se la puede llamar así) que no ha hecho más que dar un pelotazo detrás de otro a base de endeudamiento, de favores administrativos, de empleo precario y de fraude fiscal.

Los bancos han sido el mecanismo utilizado para evadir impuestos y para sacar hacia paraísos fiscales miles de millones de euros, y han obtenido los beneficios más altos del planeta a base de engaños y mil modos de estafas que han arruinado a miles de familias, que ahora se desgañitan para tratar de paliar su quebranto en los juzgados sin que los gobiernos hagan nada por apoyarles.

Los bancos españoles endeudaron artificialmente a familias y empresas para hacer negocio fácil y se endeudaron ellos al mismo tiempo, dando lugar así al auténtico problema de deuda privada que tiene España en estos momentos.

Los bancos españoles utilizaron su dominio sobre los medios de comunicación para hacer creer que su situación era saludable y que no tenían problemas patrimoniales. Y gracias al poder político que vienen acumulando desde el franquismo, y que ahora se traduce en partidos políticos esclavos de los préstamos multimillonarios que les conceden sin obligarles a devolverles, consiguieron que se aprobaran las medidas necesarias para salir del hoyo en el que han dejado al sistema financiero por la vía de quedarse con el mercado que ocupaban las cajas de ahorros. Pero a costa de seguir sin financiar a empresas y consumidores y de sumir a la economía española en una verdadera depresión.

Los bancos han obtenido los beneficios más elevados de toda nuestra economía pero los han obtenido arruinando a miles de empresas, destruyendo millones de empleos y facilitando el fraude fiscal y la corrupción política. Ahora, su situación se hace insostenible y tratan de que la paguemos los demás.

Los dirigentes del Banco de España han sido cómplices de ese desastre. Dedicados a pontificar sobre la necesidad de bajar salarios y de echar abajo las ya de por sí débiles estructuras de bienestar, han hecho la vista gorda ante el aumento del endeudamiento y de la pérdida progresiva de solvencia de la banca, y no solo de las cajas de ahorros. No oyeron ni a sus propios inspectores cuando éstos denunciaban lo que estaba pasando antes de que la crisis estallara, cuando ya habían empezado a detectar lo que se venía encima.

Los dirigentes de los partidos políticos mayoritarios son también corresponsables de lo que ha sucedido, aunque haya sido en medida diferente, pues incluso hasta algunos más radicales han mantenido hasta el último momento en Bankia y en otras cajas a sus representantes aliados con quienes han provocado el desastre, o han tenido dirigentes imputados. Todos ellos han alimentado un modelo de crecimiento y de gestión, sobre todo en los ayuntamientos y comunidades autónomas, vinculado a la obtención de plusvalías inmobiliarias, o tienen deudas millonarias con los bancos que nunca terminan de pagar, sin que el Tribunal de Cuentas u otros órganos jurisdiccionales hagan nada definitivo por evitar la corrupción que les rodea.

Es verdad que hay políticos honestos y que los partidos son necesarios siempre, pero eso no impide denunciar que sus dirigentes han generalizado una política de despilfarro en la administración pública, y de corrupción muy extendida, al mismo tiempo que reducían los ingresos que precisan los servicios públicos esenciales sin los cuales ni hay bienestar mínimo ni incluso democracia posible.

Y a estas responsabilidades habría que añadir las de algunos grandes empresarios, y las de otras autoridades, magistrados o incluso las del propio Jefe del Estado, que no han sabido estar a la altura de las circunstancias ni actuar con probidad cuando se le piden sacrificios enormes a la población.

Ahora bien. Si todas estas responsabilidades se han dado no ha sido solo como consecuencia de que se hayan multiplicado las conductas personales condenables. No. Estas ha ocurrido en un grado ya tan desastroso porque lo que ha fallado es nuestra armadura institucional, nuestro sistema político y, concretamente, nuestra propia Constitución, que no está sirviendo para que los ciudadanos disfrutemos de los derechos que nos reconoce ni para impedir las tropelías que a la inmensa mayoría nos avergüenzan.

Tenemos efectivamente derechos que no nos dejan ejercer, obligaciones que no cumplimos, tribunales que no investigan ni juzgan, delincuentes que no son perseguidos, o incluso culpables que no tienen que cumplir las condenas.

España lleva meses sacudida por especuladores, y bajo la amenaza más grave que ha sufrido en los últimos decenios, pero el empeño del gobierno es salvar a los bancos, se niega a investigar quién ha provocado el roto que hemos de pagar los españoles y se dedica a dividir y desprestigiar a los propios españoles y a sus propias instituciones. Millones de españoles contemplan con estupor que haya dinero sin límite para los bancos y no para los servicios públicos que necesitan, y el Rey se va a hacer las américas con los responsables de las empresas que más dinero han defraudado a las arcas nacionales, que más empleo han destruido y que más responsabilidad tienen en el desencadenamiento de la crisis tan singularmente aguda que vivimos en el contexto del descalabro financiero internacional. Y mientras todo esto sucede, los medios de comunicación de mayor impacto de dedican a difundir programación basura, silencian a las voces y los debates más críticos, se criminaliza la indignación y se permite que los partidos políticos hagan en el gobierno lo contrario de lo que dicen a los ciudadanos que van a hacer cuando se presentan a las elecciones.

¡Claro que España necesita un rescate! Pero no en forma de préstamo que vaya directamente a los bancos y que paguemos los ciudadanos, como están negociando. No. Lo que España necesita es rescatarse a sí misma de quienes la han llevado al desastre: creando una Comisión de la Verdad que depure responsabilidades, impulsando una nueva mayoría social y política capaz de conseguir en las elecciones que salgan del Parlamento los culiparlantes y los políticos comprometidos con quienes han provocado la situación en la que estamos, y que desde allí abra un debate realmente democrático sobre nuestra institucionalidad, sobre cómo es mejor organizar nuestro Estado, nuestra economía y nuestra sociedad para que no vuelvan a producirse los desmanes y las barbaridades que nos han situado al borde del abismo y que con tanta razón están llenando de rabia e indignación a las personas decentes, con independencia de su ideología o de sus creencias.

Juan Torres López
Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla
Sin duda un gran artículo, en el que no se encuentran las soluciones, pero se explican bien las razones. ++
Enviado por Caba el día 8 de Junio de 2012 a las 16:18
<<Desde que empezó la crisis, sus verdaderos causantes han conseguido evadir sus responsabilidades y hacer que quienes la sufren incluso se sientan como los culpables y que paguen sin rechistar los platos que otros han roto.>>

Gran verdad.

Un saludo
Respondiendo a... Lúcido articulo sobre la 'crisis' de Juan Torres López Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla
Enviado por Stergano el día 8 de Junio de 2012 a las 17:39
Otro artista que se pone medallas a toro pasado.

Y encima de la universidad de Sevilla, es decir a la cola .

Y encima...._

http://www.larepublica.es/2012/02/juan-torres-lopez-un-lastre-para-izquierda-unida/
Está bien alzar la voz y señalar con el dedo pero la idea general de lo que este señor viene a decir estaba en el aire desde hace mucho tiempo
Enviado por Hein el día 8 de Junio de 2012 a las 18:13
y, tal como están redactadas, sus palabras no
están exentas de demagogia.
Un poder judicial intervenido por los partidos no
puede garantizar la pulcritud técnica y jurídica de
sus decisiones; unos órganos de regulación
económica ocupados por figuras de partido no
pueden garantizar la independencia de criterio que
requiere una supervisión profesional; unos institutos
públicos subordinados al interés propagandístico del
partido de turno no pueden garantizar una neutral
gestión de la realidad en favor del bien común; una
administración redundante e hiperburocratizada al
servicio de las banderías diversas que pululan por
nuestro país no puede garantizar ni un cauce
eficiente para el dinamismo de la sociedad, ni
tampoco que no se produzca una detracción de los
recursos públicos hacia la extensión de privilegios de
casta o hacia la simple corrupción.
Por supuesto y al hilo de los problemas actuales de
Bankia, se puede demandar transparencia al
funcionamiento de una Cajas de Ahorros trufadas de
políticos y sindicalistas de todas las tendencias
ideológicas pero, claro, resulta un tanto incoherente
demandar esto precisamente ahora, cuando el PP ha
llegado al poder, después del gran número de
desmanes perpetrados durante años por
autonomías, entes locales y gobierno central en
todos los rincones de nuestro país, como si fuera la
derecha la única responsable de unos
comportamientos generalizados y no sobrepasara
ese nivel de responsabilidad un partido como el
socialista, que ha gobernado más años que ningún
otro, en algunas regiones sin interrupción durante
décadas, y que ha llegado hasta a nombrar a un
militante -saltándose el tradicional consenso sobre
la materia- para el puesto dirigente de la institución
que debería haber controlado con mano férrea el
sector bancario.
Un ejemplo, la CAM, allá por 2010, emitió
5.811.000.000 euros en deuda avalada por el Banco
de España. El gobernador pudo imponerle los
requisitos de solvencia que considerase oportunos.
Huelga decir que no le puso ninguno. En fin, idéntica
historia, aunque por un monto de 31.406.000.000
euros, se repetiría en el caso de Bankia.
Uno de los disfraces de la mentira es, por tanto, el
del equino con anteojeras que no mira más que en
una sola dirección.Nadie acometió en tiempo de
bonanza las reformas en profundidad que le habrían
grangeado la animadversión de gran parte del
electorado que -digámoslo claramente- estaba muy
cómoda viviendo a crédito, gozando del
paternalismo estatal y rindiendo pleitesía a la ley del
mínimo esfuerzo. Es cierto que los factores externos
fueron fundamentales para que comenzara la crisis
pero no lo es menos que las circunstancias políticas
y económicas de nuestro país agravaron aquí lo que
en otros lugares no alcanzó tales dimensiones de
catástrofe nacional.
Pasadas las elecciones, cabía esperar que, con
tiempo suficiente y en situación de espera, quienes
protagonizaran la toma de decisiones durante las
dos pasadas legislaturas hicieran autocrítica para
elucidar por qué se negó la crisis durante un lapso
tan largo, por qué se tomaron iniciativas erradas
cuando no contraproducentes y por qué se dilataron
los plazos de las reformas imprescindibles o se
minimizó el alcance de las pocas realizadas.
Personalmente creo que las causas hay que
buscarlas en el defecto fundamental de España: la
devoción por la trinchera, ayer mismo invocada de
nuevo en las concentraciones del 1º de mayo.
Trincheras a izquierda y a derecha; trincheras
monárquicas y republicanas; trincheras nacionalistas
y centralistas; trincheras empresariales y sindicales.
Trincheras por todas partes con el único objetivo de
aprovechar el miedo y conseguir así que prevalezca
el interés de cada bandería en vez del bien
común.De esta manera, no es extraño que la
extrema izquierda y la extrema derecha coincidan en
sus demasías verbales contra el gobierno centrista y
posibilista de Rajoy y que haya en la calle y en los
media tan poca reflexión junto a tal cúmulo de
opiniones escasamente argumentadas. Ese es el
drama de nuestro país: la tentación irresistible de la
trinchera.
Vale en lo que ha pasado hay cierta coincidencia y el que este libre de pecado que tire la primera piedra ++
Enviado por Caba el día 8 de Junio de 2012 a las 23:31
Pero pasara como en aquel film de Monty Pyton, "La vida de Brian" el más culpable es el que tira la más gorda y además el primero.

Esa es la realidad.


<<¡Claro que España necesita un rescate! Pero no en forma de préstamo que vaya directamente a los bancos y que paguemos los ciudadanos>>

Es un compendio de reflexiones, que en unos u otros puntos, se han hecho en innumerables ocasiones.

Pero conviene hacer propuestas y en materia económica, atreverse con algo que no sea apretar las cuerdas a los que no tienen nínguna responsabilidad, no contrajeron deudas, pero pagaran via recortes y pago de más impuestos.

Y los que aunque ahogados hasta el cuello, seguiran pagando unos intereses desorbitados, porque tienen que pagar por ellos y por los que no pagan.

El rescate de las entidades, se hace solo por arriba, porque no se arbitran formas de trasladarlo a la base de la deuda, redirigiendo el crédito, facilitando los pagos, en definitiva a los clientes de las entidades, a empresas y partículares.

Un saludo