Estos son unos listos. Es como si te roban la cartera y cuando los pilla la poli te quiere cobrar por habertela guardado

o en aguas territoriales y que por tanto pertenezca, su posesión, a España.

Otra cosa muy distinta es que España no hiciera nada por recuperar dichos tesoros y no invirtiera ni un céntimo.

Los cazatesoros del tipo Odyssey, no fueron con nocturnidad y alevosía, intentando robar un tesoro sin que nadie se enterara. Es más, hicieron publicidad del asunto. No voy a entrar en el tema de : "el que encuentra un tesoro es para él", algo que sucede por ejemplo en aguas internacionales si alguien encuentra un barco abandonado; se lo puede quedar, así como toda la carga. Imaginemos que usted estando de labranza da con un cofre de cien monedas de oro visigodas, o de Alfonso X, de los romanos, o bisutería celta, íbera...., pero no es esa la cuestión.

La cuestión presente, con leyes en la mano, es que el tesoro pertenece a España. Eso lo ha determinado un jurado norteamericano, además. Cosa muy distinta es que ha habido unas gentes que se han gastado mucho dinero en recuperarlo, hay unos costes, una inversión, unos sueldos, gastos. Y además, efectivamente, los hay de custodia: tú lo encuentras y pertenece a otro, tú eres responsable de lo que le suceda a ese algo hasta que su propietario lo recupere.

Creo que es justo y de recibo que Expaña recupere esa propiedad (que no vamos a discutir su obtención), como también se repercutan los gastos de rescate y custodia a los miembros de Odyssey.

De lo contrario, que se pudran los tesoros en el fondo del mar, porque uno no tiene porque arruinarse por recuperarlos para otro o bien que se extinga esa Ley absurda de Tesoros y patrimonio.

Lo que es justo es justo.

Como muy bien le dice el Sr. NH3: "lo cierto es que si no es por ellos, seguiría bajo el agua".

No existe ningún robo de cartera, hay una pérdida por unas circunstancias, de una cartera en otra parte del mundo: en un lugar inaccesible. Alguien decide publicar a los cuatro vientos que va a recuperarla, y cuando lo hace es sentenciado a devolverla a su propietario, pero reclaman algo de justicia: al menor, págame los gastos de recuperación, de trámites y de custodia.

Y es que si no, tomo la puñetera cartera y la vuelvo a hundir en el fondo del mar, ya puestos a chulería y prepotencia, que todo vuelva a su posición original, y que el dueño se las apañe.