El discreto deseo del pastoreo.
Los foros están cerrados. Se mantienen los mensajes para su consulta.
El discreto deseo del pastoreo.
Enviado por Casio el día 2 de Marzo de 2012 a las 06:57
Manipular las emociones, no sería lo mismo que una vez conocidas estas, valorarlas, motivarlas y gestionarlas con objeto de mejorar relaciones, entre sujetos, como decía el gurú Goleman, mas o menos, en su “Inteligencia emocional”.
Por que la manipulación quita nobleza a la gestión, haciendo que tratar asuntos tan delicados como las emociones, se convierta en una especie de alquimia maléfica, propia de brujos prevaricadores, que aún conociendo la verdad de su nobleza, las envilecen.
Manipular las emociones, es especialidad de los nacionalistas, quienes para ocupar posiciones de ventaja, son capaces de falsearlas, y hacer trile con los conceptos, y las palabras, poniéndolas al servicio de intereses espurios y egoístas de esa minoría.
Pero no son sólo los nacionalistas, los manipuladores de sentimientos, no. Ya lo fueron los caciques en su momento, lo detentadores del poder siempre, y ahora se pone de manifiesto esencialmente en la estrategia de los partidos políticos, nueva etiqueta del poder social.
Se manipula la pobreza y los sentimientos que de eso rezuman, se manipula la situación social, la envidia, el odio, la soberbia, el ego...se manipula cualquier sentimiento altruista, que aún exista, para llevar el agua a su molino, hacer número, crear masa capaz de arrasar con el poder que se opone al que ellos quieren alcanzar.
Cuando la manipulación tiene éxito, y en una sociedad desencantada, sin moral y sin mas fuerza que la del conjunto, destaca la violencia como única fuerza de enlace entre masas heterogéneas, que en realidad poco tienen en común, salvo esa “sana envidia” que mueve a las personas, cuando no logra por los medios que la sociedad pone a su alcance.
Por que la manipulación quita nobleza a la gestión, haciendo que tratar asuntos tan delicados como las emociones, se convierta en una especie de alquimia maléfica, propia de brujos prevaricadores, que aún conociendo la verdad de su nobleza, las envilecen.
Manipular las emociones, es especialidad de los nacionalistas, quienes para ocupar posiciones de ventaja, son capaces de falsearlas, y hacer trile con los conceptos, y las palabras, poniéndolas al servicio de intereses espurios y egoístas de esa minoría.
Pero no son sólo los nacionalistas, los manipuladores de sentimientos, no. Ya lo fueron los caciques en su momento, lo detentadores del poder siempre, y ahora se pone de manifiesto esencialmente en la estrategia de los partidos políticos, nueva etiqueta del poder social.
Se manipula la pobreza y los sentimientos que de eso rezuman, se manipula la situación social, la envidia, el odio, la soberbia, el ego...se manipula cualquier sentimiento altruista, que aún exista, para llevar el agua a su molino, hacer número, crear masa capaz de arrasar con el poder que se opone al que ellos quieren alcanzar.
Cuando la manipulación tiene éxito, y en una sociedad desencantada, sin moral y sin mas fuerza que la del conjunto, destaca la violencia como única fuerza de enlace entre masas heterogéneas, que en realidad poco tienen en común, salvo esa “sana envidia” que mueve a las personas, cuando no logra por los medios que la sociedad pone a su alcance.