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El derecho de huelga y los sindicatos en la Doctrina Social de la Iglesia

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El derecho de huelga y los sindicatos en la Doctrina Social de la Iglesia
Enviado por asurbani el día 26 de Marzo de 2012 a las 14:20
c) El derecho de huelga

304 La doctrina social reconoce la legitimidad de la huelga « cuando constituye un recurso inevitable, si no necesario para obtener un beneficio proporcionado »,663 después de haber constatado la ineficacia de todas las demás modalidades para superar los conflictos.664 La huelga, una de las conquistas más costosas del movimiento sindical, se puede definir como el rechazo colectivo y concertado, por parte de los trabajadores, a seguir desarrollando sus actividades, con el fin de obtener, por medio de la presión así realizada sobre los patrones, sobre el Estado y sobre la opinión pública, mejoras en sus condiciones de trabajo y en su situación social. También la huelga, aun cuando aparezca « como una especie de ultimátum »,665 debe ser siempre un método pacífico de reivindicación y de lucha por los propios derechos; resulta « moralmente inaceptable cuando va acompañada de violencias o también cuando se lleva a cabo en función de objetivos no directamente vinculados con las condiciones del trabajo o contrarios al bien común ».666

VI. SOLIDARIDAD ENTRE LOS TRABAJADORES

a) La importancia de los sindicatos

305 El Magisterio reconoce la función fundamental desarrollada por los sindicatos de trabajadores, cuya razón de ser consiste en el derecho de los trabajadores a formar asociaciones o uniones para defender los intereses vitales de los hombres empleados en las diversas profesiones. Los sindicatos « se han desarrollado sobre la base de la lucha de los trabajadores, del mundo del trabajo y, ante todo, de lo trabajadores industriales para la tutela de sus justos derechos frente a los empresarios y a los propietarios de los medios de producción ».667 Las organizaciones sindicales, buscando su fin específico al servicio del bien común, son un factor constructivo de orden social y de solidaridad y, por ello, un elemento indispensable de la vida social. El reconocimiento de los derechos del trabajo ha sido desde siempre un problema de difícil solución, porque se realiza en el marco de procesos históricos e institucionales complejos, y todavía hoy no se puede decir cumplido. Lo que hace más actual y necesario el ejercicio de una auténtica solidaridad entre los trabajadores.

306 La doctrina social enseña que las relaciones en el mundo del trabajo se han de caracterizar por la colaboración: el odio y la lucha por eliminar al otro, constituyen métodos absolutamente inaceptables, porque en todo sistema social son indispensables al proceso de producción tanto el trabajo como el capital. A la luz de esta concepción, la doctrina social « no considera de ninguna manera que los sindicatos constituyan únicamente el reflejo de la estructura “de clase”, de la sociedad ni que sean el exponente de la lucha de clases que gobierna inevitablemente la vida social ».668 Los sindicatos son propiamente los promotores de la lucha por la justicia social, por los derechos de los hombres del trabajo, en sus profesiones específicas: « Esta “lucha” debe ser vista como una acción de defensa normal “en favor” del justo bien; [...] no es una lucha “contra” los demás ».669 El sindicato, siendo ante todo un medio para la solidaridad y la justicia, no puede abusar de los instrumentos de lucha; en razón de su vocación, debe vencer las tentaciones del corporativismo, saberse autorregular y ponderar las consecuencias de sus opciones en relación al bien común.670

307 Al sindicato, además de la función de defensa y de reivindicación, le competen las de representación, dirigida a « la recta ordenación de la vida económica »,671 y de educación de la conciencia social de los trabajadores, de manera que se sientan parte activa, según las capacidades y aptitudes de cada uno, en toda la obra del desarrollo económico y social, y en la construcción del bien común universal. El sindicato y las demás formas de asociación de los trabajadores deben asumir una función de colaboración con el resto de los sujetos sociales e interesarse en la gestión de la cosa pública. Las organizaciones sindicales tienen el deber de influir en el poder público, en orden a sensibilizarlo debidamente sobre los problemas laborales y a comprometerlo a favorecer la realización de los derechos de los trabajadores. Los sindicatos, sin embargo, no tienen carácter de « partidos políticos » que luchan por el poder, y tampoco deben estar sometidos a las decisiones de los partidos políticos o tener vínculos demasiado estrechos con ellos: « En tal situación fácilmente se apartan de lo que es su cometido específico, que es el de asegurar los justos derechos de los hombres del trabajo en el marco del bien común de la sociedad entera, y se convierten, en cambio, en un instrumento de presión para realizar otras finalidades ».672

663Catecismo de la Iglesia Católica, 2435.

664Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 68: AAS 58 (1966) 1089-1090; Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 20: AAS 73 (1981) 629-632; Catecismo de la Iglesia Católica, 2430.

665Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 20: AAS 73 (1981) 632.

666Catecismo de la Iglesia Católica, 2435.

667Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 20: AAS 73 (1981) 629.

668Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 20: AAS 73 (1981) 630.

669Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 20: AAS 73 (1981) 630.

670Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2430.

671Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 68: AAS 58 (1966) 1090.

672Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 20: AAS 73 (1981) 631.
Insisto+++
Enviado por asurbani el día 26 de Marzo de 2012 a las 21:04
por romper el monotema.

Un saludo
Hasta ahí de acuerdo, pero no estoy de acuerdo de que los sindicatos vivan del erario público en lugar de las cuotas de sus afiliados.
Enviado por Voronwe el día 26 de Marzo de 2012 a las 21:10
Habla de los sindicatos, sr. Asurbani ++
Enviado por quejio el día 26 de Marzo de 2012 a las 21:17
En nada se refiere a esas organizaciones burocráticas pagadas y financiadas por el Estado y que impropiamente siguen llamándose sindicatos de trabajadores.

Saludos
Eso es entrar en razón,sr quejio.
Enviado por asurbani el día 26 de Marzo de 2012 a las 21:23
Pero yo no he leido esas cosas por aquí.


Un saludo
Si, y el Papa diciendo que el marxismo está pasado de moda...
Enviado por speeds3 el día 26 de Marzo de 2012 a las 21:18
ResPor otra parte, no creo que nadie defienda que no haya sindicatos. Lo que no tiene que haber son estos sindicatos que incluso celebran las victorias políticas de la izquierda como propias
Enviado por speeds3 el día 26 de Marzo de 2012 a las 21:19
Los sindicatos que tenemos que son ante todo empresarios de multiples empresas... no pueden ser creibles...
Enviado por linda2 el día 26 de Marzo de 2012 a las 23:08
Los sindicatos que tenemos son filiales en la sombra del PSOE. Son sindicatos verticales radicales que defienden al partido que les mantiene y subvenciona pero no al trabajador
Enviado por opinando el día 26 de Marzo de 2012 a las 23:11