Aquí, todo dura, lo que dura dura.

La concatenación de aconteceres en este peazo nación, otrora llamada patria, es de tal magnitud en cantidad, que empieza por perder calidad en la percepción del público del circo, ya cada vez se pide algo mas fuerte para mantener la atención en el dedo que señala la luna, y la partitocracia, se esfuerza en adobarse con nuevos casos, nuevas huelgas, nuevos animales, con tal de que sean los cristianos los que sean devorados, y ellos con sus togas, en la lejanía de las escalinatas, sigan subiendo o bajando su pulgar, todo antes de que les toque a ellos bajar a la arena, que ellos son “electos”.

Hoy le toca a un director general de no se que cosa, puesto por ellos para tenerlo de parachoques, mañana a una gerenta o gerente de no se que organismo, nombrado por ellos para el manoseo de la mierda, y pasado a cualquier pringao hasta ayer amigo, que pagará la cuenta de las orgías de los electos, aunque lo haga con pólvora del rey, usease de los cristianos. Todo va a una velocidad de vértigo, a un caso de corrupción, le sigue otro de cohecho, y a uno de cohecho, cualquier otro de malversación de bienes público o de administración punible de lo nuestro.

Ya ni los leones destrozando cristianos, ni los tigres luchando con los toros, ni los enanos toreando, ni la mujer barbuda nos distrae, y los bostezos llenan los tendidos, que ya ni “sus” fieles se divierten con tan vertiginosos cambios de escenario, y sólo llama la atención la salida al ruedo circense de los carroñeros, que tripean con los restos putrefactos, y es con ese espectáculo que nos pretenden seguir “distrayendo”, por que en esta carrera hacia la nada de la partitocracia, en la que se va corriendo como pollo sin cabeza, todo dura, lo que dura dura, o sea que poco.