Tragedia en Barajas: 154 muertos en el peor accidente aéreo de Europa en diez años

En 20 de agosto el aeropuerto de Barajas fue el escenario de la mayor tragedia aérea en Europa de los últimos diez años. Minutos después de las dos y media de la tarde, un avión de la compañía Spanair, vuelo JKK-5022, se estrelló, tras un despegue fallido, contra el fondo de la pista 36 izquierda del aeropuerto. En el lugar del accidente surgieron dos grandes columnas de humo que podían verse desde distintos puntos de Madrid. El aparato tenía como destino Las Palmas de Gran Canaria.

Tras el impacto, decenas de ambulancias, de dotaciones de bomberos y de miembros de las fuerzas de seguridad acudieron a lo que se intuía que podía ser una gran catástrofe. La cifra de muertos al final del fatídico 20 de agosto era de 153 víctimas mortales a las que días más tarde se sumó uno de los heridos, para llegar a un escalofriante número: 154 fallecidos.

Al igual que se hizo en el 11-M, las autoridades habilitaron los pabellones de IFEMA para albergar a las víctimas y a sus familiares, que fueron llegando en medio de mucha confusión. Allí se vivieron los primeros grandes dramas entre los allegados, mientras se descubría que familias enteras estaban entre los fallecidos. El dramático suceso obligó a los políticos a volver de sus vacaciones.

Ardua tarea de identificación de las víctimas

La identificación de las víctimas se convirtió en la prioridad para el jefe del Ejecutivo. Sin embargo, esta tarea no fue tan sencilla como esperaba. A pesar de emplear a decenas de forenses, el objetivo del Gobierno no se cumplió. Incluso el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se vio obligado a reconocer que era posible que existan víctimas que no puedan llegar a ser identificadas. Esta declaración del político socialista se produjo tras las quejas emitidas por los familiares ante la demora del proceso. Era tal la desesperación de los allegados de los fallecidos que cuando se lograba conocer la identidad del cuerpo de su ser querido "lloraban" de alegría.

Al menos, días después del accidente se empezaron a conocer las primeras "buenas" noticias con la mejoría de gran parte de los 19 heridos.

Causas sin determinar y filtraciones interesadas a los medios

Uno de los elementos con los que más se ha especulado ha sido las causas del accidente. Son numerosas las hipótesis planteadas de por qué la aeronave no consiguió coger altura. Todavía no se han hecho públicas las conclusiones definitivas de la comisión de investigación, y, según los expertos, puede pasar mucho tiempo hasta que se conozcan las causas del trágico suceso.

Aún así la gestión de Fomento se vio envuelta en polémica. Magdalena Álvarez compareció a petición propia nueve días después del accidente y desvió responsabilidades hacia Spanair y a defendió la rapidez de las labores de rescate. Poco tiempo después llegaría el escándalo de las filtraciones, una de ellas se trató de un vídeo del momento en que el avión se estrelló que fue entregado a El País. El juez del caso solicitó al diario que cesara su difusión y ordenó abrir un procedimiento por delito de revelación de secretos.

A falta de unos días para que el año concluya, ante el magistrado Javier Pérez siguen compareciendo los testigos y dos técnicos fueron imputados por delito de homicidio. El juez justificó la imputación de los dos técnicos, en los indicios que apuntan que podrían ser responsables de la no reparación satisfactoria. Aunque a uno de ellos se la levantó por no haber indicios suficientes.

Los familiares de las víctimas, constituidos en asociación, han pedido el total esclarecimiento de lo sucedido, y un bufete de EEUU que representa a dos de ellos anunció que iba a pedir 1,7 millones de dólares de indemnización.