El 27 de abril el mundo se espeluznó al conocer la macabra historia de Joseph Fritz, un hombre austriaco que encerró a su hija en un zulo durante 24 años y la violo de forma sistemática hasta el punto de tener siete hijos con ella, uno de los cuales asesinó después de nacer.
Conocido ya como el Monstruo de Amstetten, Josef Fritzl, de 73 años, confesó tras ser detenido todas estas atrocidades a la policÃa austriaca. Admitió que tuvo encerrada en el sótano del garaje de su casa a su hija durante 24 años y haber tenido con ella siete hijos, sin despertar las sospechas de su esposa, Rosamarie.
Respecto al papel de la esposa deesposa de Fritzl, Rosamarie, el jefe de la PolicÃa austrÃaca en la zona dijo que ni ella, ni los tres nietos que vivÃan en su domicilio conocÃanel macabro secuestro de Elisabeth y sus otros tres hijos.
La versión sostenida por Josef Fritzl ante Rosamarie con la que tuvo otros siete hijos incluida Elisabeth, era que ésta se habÃa adherido a una secta en un lugar desconocido, pero que cada cierto tiempo dejaba enla puerta de su domicilio los hijos -tres- que no podÃa atender en su enigmático destino.
Después de uno de sus embarazos, la hija violada dio a luz a mellizos pero unonació muerto. Fue entonces, según reconoció el padre de 73 años a la policÃa austriaca, cuando decidió deshacerse del cuerpo quemándolo previamente en la caldera de la calefacción de su casa.
El estupor general aumentó aún más al hacerse públicas las imágenes del agujero donde tuvo lugar la terrible historia. El zulo estaba situado en el jardÃn. El acceso secreto de Josef Fritzl estaba muy bien escondido, camuflado detrás de una estanterÃa, a través de una puerta de acero y cemento con un motor electrónico, que a su vez se abrÃa mediante control remoto con un código que aparentemente sólo conocÃa Josef Fritzl.
Una vez abierta la puerta, un estrecho pasillo de 5 metros de largo conducÃa a una habitación, usada como cocina, asà como baño, incluida una ducha, y otras dos habitaciones con dos camas cada una. La vivienda, sin ventanas, sólo tenÃa 170 centÃmetros de alto, contaba con un televisor, un reproductor de vÃdeo y un receptor de radio, y los agentes la encontraron en un estado "cuidado".
Meses después, la hija de Fritz, que actualmente tiene 21 años, concedÃa una entrevista en la que relataba que fue tratada como una esclava por su progenitor. "Él me decÃa que tenÃa derechos sobre mà y me amenazaba con matar a mi madre y a mi hermano pequeño si no me dejaba hacer". Y revelaba que su madre sà que conocÃa lo que estaba pasando: "Mi madre me decÃa que nos escaparÃamos, que se divorciarÃa, que todo irÃa bien, que saldrÃamos adelante solas, aunque papá era demasiado fuerte y no lo permitió nunca".
En noviembre, la FiscalÃa de Viena incluyó los cargos de asesinato, esclavitud, violación, reclusión, coacción e incesto en el pliego formal de acusaciones contra Josef Fritzl, que podrÃa ser condenado a cadena perpetua.