El legado de Benazir Bhutto sigue vivo

El año 2008 comenzó con el duelo por la muerte de ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, asesinada el 27 de diciembre en un atentado suicida perpetrado en la ciudad de Rawalpindi, vecina de Islamabad, que causó además decenas de muertos entre seguidores que habían acudido a uno de sus mítines.

La líder del Partido Popular de Pakistán (PPP), jefa de Gobierno en dos ocasiones durante la década de 1990, había regresado a suelo paquistaní tras ocho años de exilio sólo dos meses antes. Su regreso fue posible tras un acuerdo de reparto de poderes con el presidente de Pakistán. El día de su llegada, Bhutto sufrió un violento atentado que apunto estuvo de costarle la vida y que dejó más de 135 muertos. El pacto con Pervez Musharraf se desvaneció cuando éste declaró el estado de excepción el 3 de noviembre, que se prolongó a lo largo de 42 días, durante los cuales Bhutto sufrió en dos ocasiones arresto domiciliario.

Pocos días después de su muerte, el PPP nombró a su hijo Bilawal, de 19 años, como sucesor mientras que su viudo, Asif Ali Zardari, fue designado copresidente del partido. El 6 de septiembre de 2008, fue elegido presidente del país tras lograr 480 de los 702 votos de los colegios electorales. Bhutto fue asesinada a tan sólo unos kilómetros del lugar donde fue ejecutado su padre hace veintiocho años. Zulfikar ali Bhutto, ex primer ministro y fundador del PPP, fue ahorcado en 1979 acusado de conspiración para asesinar al general Zia ul Huaq, que encabeza el régimen militar que gobernaba entonces el país.