Zapatero, cuatro años más

El 9 de marzo, elecciones generales, ponía fin a una convulsa legislatura marcada por la negociación con ETA y la resistencia de buena parte de los españoles a rendirse ante los terroristas. Sin embargo, Zapatero volvió a ganar y Rajoy volvió a perder.

Cuatro años después de lo sucedido entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, las elecciones volvían a estar marcadas por un atentado terrorista. El 7 de marzo, a dos días de las elecciones, ETA asesinaba al ex concejal socialista en Mondragón, Isaías Carrasco. El asesinato desembocaba en una extraña jornada de reflexión, en la que era enterrado el concejal asesinado y se producía una significativa llamada a las urnas de su hija.

De esta forma los terroristas ponían su particular y sangriento colofón a una larguísima campaña electoral marcada por la celebración de dos debates cara a cara entre Rajoy y Zapatero, tras 15 años sin celebrarse debates de este tipo en España. En el primero de ellos, el día 25 de febrero, nació una de las estrellas de la campaña: “La niña de Rajoy”. Una creación metafórica del líder del PP con la que finalizó ese primer asalto, en el que se impuso a Zapatero con una convincente defensa de los principios de sus votantes, que pocas semanas después abandonaría.

Una “niña de Rajoy” que ya estaría presente en toda la campaña, y que más que beneficiar al PP fue utilizada por el PSOE y sus medios para ridiculizar al candidato popular. Una semana después, la segunda vuelta del cara a cara, Rajoy volvió a superar a Zapatero, pero esta vez fue otra niña, ya mucho más crecidita, la moderadora Olga Viza ­–inexplicablemente aceptada por el PP- la que puso mayores dificultades al líder del PP, con una intervención claramente parcial, a favor de Zapatero, al que permitió constantes interrupciones.

La noche electoral tras confirmarse su victoria, Zapatero proclamaba que esta nueva legislatura supondría el fin de la tan manida “crispación”. Una palabra permanentemente presente en la boca de todos los voceros progubernamentales para achacar al PP el deterioro del clima político derivado de la estrategia de enfrentar a los españoles que ha desarrollado Zapatero desde su llegada al poder. Pero un micrófono indiscreto del canal Cuatro, al finalizar una entrevista de Gabilondo a Zapatero, en plena campaña electoral, dejaba en evidencia las verdaderas intenciones del PSOE. Cuando creían que las cámaras y micros ya no grababan, Gabilondo preguntaba amigablemente: “¿Qué tal las encuestas?” y Zapatero respondía: “Bien, sin problemas, lo que pasa es que lo que nos conviene es que haya tensión”.

Y los resultados electorales explican por qué quería tensión Zapatero. El PSOE (169 escaños) ganó las elecciones con una ventaja de 15 escaños sobre el PP (154) al absorber el voto radical, tras el hundimiento de IU que se quedó con un solo escaño y en Cataluña de Esquerra Republicana, que bajó de 7 a 3 escaños.

La irrupción de UPyD y Rosa Díez en el Congreso de los Diputados fue la gran sorpresa de las elecciones. El número de votos llegó a los 300.000, una cifra que le ha permitido superar a partidos como ERC y PNV, beneficiados, sin embargo, por la ley electoral. Pese a ello, logró un escaño. Ciudadanos, sin embargo, no logró representación. Un resultado el de Rosa Díez que no se quedó en anécdota, ya que en las posteriores encuestas publicadas, incluso las del CIS, se refleja un gran crecimiento del apoyo de este partido, que, de celebrarse elecciones a día de hoy rondaría ya el millón de votos.