El 19 de marzo de 1812 es una fecha señalada para España y para la libertad. Aquel día se aprobó, en una Cádiz sitiada hacía dos años, nuestra primera Constitución. El texto refundó España no como la "propiedad de una familia o persona" sino como la "reunión de los españoles de ambos hemisferios", fundando la soberanía de la Nación en el pueblo, y no en sus soberanos. España pasó así de ser una nación de súbditos a una de ciudadanos. Se pasaba del absolutismo a la monarquía parlamentaria con cierta división de poderes y se reconocían derechos como la igualdad ante la ley, la propiedad, la libertad de expresión y prensa y la inviolabilidad del domicilio.
Fueron los partidarios de esta Constitución, aquellos que se oponían tanto a la invasión francesa como al absolutismo, quienes se dieron a sí mismos el nombre de liberales, exportando el término a todos los idiomas. Llamada "la Pepa" por haberse aprobado el día de San José, estuvo lejos de ser perfecta tanto desde el punto de vista doctrinal, pues entre otras cosas no reconoció la libertad religiosa como concesión a los moderados, como desde el punto de vista práctico, pues estuvo vigente sólo hasta el regreso del Rey Felón, Fernando VII, y entre 1820 y 1823, hasta que el llamado Trieno Liberal fue aplastado por los países de nuestro entorno.