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La dirección nacional del PP asesora "a todos los niveles" a Mazón para evitar más fallos

Feijóo mantiene una interlocución directa con el presidente valenciano, que escucha sus "consejos" sin recibir instrucciones.

El presidente valenciano, Carlos Mazón, en declaraciones a los medios desde Valencia. | EFE

El presidente valenciano, Carlos Mazón, es en un auténtico quebradero de cabeza para el PP. Al margen del número de víctimas mortales y daños materiales que ha dejado la catástrofe, en el plano estrictamente político el presidente autonómico se ha convertido una rémora de la que huyen incluso sus propios compañeros de partido, especialmente el resto de barones regionales, para no verse salpicados.

En este contexto, la dirección nacional del PP ha tenido que tomar cartas en el asunto e implicarse directamente para evitar perder el control de la situación. Fuentes del equipo de Alberto Núñez Feijóo explican que el presidente del partido hablar casi a diario con Carlos Mazón para "aconsejarle", sin llegar a trasladarle órdenes directas que puedan mermar la autoridad del presidente valenciano, dado el especial respeto institucional que tiene el líder de la oposición a los presidentes autonómicos, especialmente tras haber sido uno de ellos.

Consejos en comunicación, gestión o personal

Estas fuentes aseguran que la interlocución se extiende a más cargos y se produce "a todos los niveles" para "asesorar" al gobierno valenciano en todo aquello que necesite: desde la comunicación a la gestión de la catástrofe o, incluso, la remodelación de gobierno. En este último punto, evitan aclarar si se han producido sugerencias concretas sobre los nuevos integrantes que tienen que formar parte del equipo de Mazón, entre los que se encuentra el reciente fichaje del teniente general retirado, Francisco Gan Pampols.

Preguntado al respecto en una entrevista en Cope, Feijóo dijo que tenía constancia, desde hace días, de que se barajaba ese nombre y que supo de su designación la noche anterior a hacerse público, cuando Mazón le llamó para informarle. Una muestra de que el presidente valenciano mantiene al líder de su partido al tanto de todos los movimientos que lleva a cabo.

No más fallos

El objetivo es que no vuelvan a "repetirse fallos", como exigió públicamente Feijóo a Mazón durante la Junta Directiva Nacional del PP, en la que pidió también "recuperar la confianza". La gestión durante las horas previas a la tormenta, unido a la falta de explicaciones en los días posteriores y, en especial, la negativa solicitar la emergencia nacional pese a la insistencia del presidente del PP, dejan al presidente valenciano muy debilitado.

Su situación dentro del partido, al margen del desgaste que sufre ante los ciudadanos, es muy delicada. Aunque en el PP no contemplan ningún tipo de dimisión a corto o medio plazo, se aferran como un clavo ardiendo al compromiso de Mazón de echarse a un lado si no es capaz de liderar la recuperación, punto de la comparecencia que fue acordado entre ambas partes, aunque no así el resto del discurso, cuyo contenido evitan valorar desde la dirección nacional.

En el PP la mayoría de cargos ve completamente imposible que Mazón resurja de esta crisis, no sólo por el deterioro que sufre su imagen, sino por la mochila que siempre le acompañará tras la DANA. De hecho, los barones del PP rehúsan pronunciarse, más allá de repetir el mantra de que "al menos ha dado explicaciones" y "ha dado la cara", a diferencia de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, donde ponen el foco para repartir responsabilidades.

El futuro electoral del PP

El partido es consciente de que en estas circunstancias no resistirían unas elecciones autonómicas y tendrían también dificultades en unas generales, aunque se muestran convencidos de que el trasvase de votos entre bloques es nulo. Admiten que Vox puede verse beneficiado en estos momentos especialmente convulsos, pero sin que el posible descenso del PP perjudique la suma de la derecha, tanto a nivel autonómico como a nivel nacional.

"El PSOE también está sufriendo con esto", aseguran, admitiendo que el bipartidismo puede verse perjudicado pero en favor de sus extremos: en el caso de la izquierda con Compromís o Podemos como principales receptores del voto socialista, y en la derecha con Abascal en ascenso. El PP se muestra convencido, en cualquier caso, de que el tiempo permitirá revertir la situación.

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