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Bolaños intenta sofocar el incendio de Puente pero mantiene la presión al TS: "Esperamos que se aplique la amnistía"

Disimula las órdenes dadas al TC de Conde-Pumpido sin desautorizar a su compañero en el Consejo de Ministros.

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Felix Bolaños, y el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. | Europa Press

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha salido a intentar sofocar el incendio provocado por el titular de Transportes, Óscar Puente, que el lunes pasado arremetió duramente contra el Tribunal Supremo por no aplicar la Ley de Amnistía. "No hay por donde agarrar la acusación de malversación" dijo Puente, a lo que se unió su convencimiento de que el Tribunal Constitucional rectificaría este criterio.

Bolaños ha intentado rebajar el tono, dado el malestar que habrían provocado en Cándido Conde-Pumpido las palabras del ministro de Transportes dándole instrucciones sobre cómo proceder con Puigdemont, aunque manteniendo en todo momento el pulso a la Justicia.

"Somos un Estado de Derecho y contra las resoluciones de las que uno discrepa cabe presentar recurso", dijo ayer el ministro de la Presidencia en un acto en Níjar delante, precisamente, del ministro Puente, al que Bolaños evitó desautorizar pero con un discurso más cuidado para no incomodar al presidente del Constitucional.

El también ministro de Justicia elevó, sin embargo, la presión sobre el Alto Tribunal al asegurar que "hay que esperar que la Sala de apelaciones del TS acoja los argumentos jurídicos y se pueda aplicar con toda normalidad la Ley de Amnistía" a Puigdemont, a pesar de haberse fugado de España por segunda vez.

Una fuga sobre la que el Gobierno culpa a los mossos d’Esquadra para no tener que dar explicaciones y asumir responsabilidades. De hecho, Interior llegó a justificar ayer su falta de actuación al asegurar que "no detectaron" a Puigdemont en la frontera y la policía autonómica de Cataluña rehusó su oferta de colaboración para tenerle controlado.

Bolaños reiteró ayer la "discrepancia del Gobierno con la resolución del Tribunal Supremo" y sacó pecho de que "la comparten todas las partes excepto Vox", argumento que repitió hasta en tres ocasiones en lo que podría interpretarse como un intento por relacionar al Supremo con la formación de Santiago Abascal. "La Ley de Amnistía es muy clara", llegó a decir el ministro de Justicia.

La presión del Gobierno sobre la Justicia, llegando a insinuar incluso la existencia de lawfare, ha ido en aumento a medida que Junts elevaba el precio de su apoyo a Pedro Sánchez, al que invistió a cambio de la amnistía pero sin aprobarle todavía los Presupuestos Generales del Estado. Una situación que complica la supervivencia de Pedro Sánchez que ha optado por responder atacando a los jueces.

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