Colabora

Sánchez se oculta tras Palestina y culpa de todo al "fango": "Mi mujer es una profesional honesta"

El presidente, que prometió un debate "sin crispación", acabó descalificando a los medios de comunicación y partidos que no le son afines.

Pedro Sánchez empezó su intervención con buenos propósitos, pidiendo que esta comparecencia sirviese de "punto y aparte" en la "crispación" y se iniciase una nueva "cortesía parlamentaria", sin "insultos a otros oradores". No duró ni media hora cuando empezó a descalificar a toda la bancada de la derecha y a los medios de comunicación que no le son afines.

El presidente del Gobierno les acusó de ser "ultraderechistas", "reaccionarios", "destructivos", de crear "denuncias falsas" y hasta de "tráfico de influencias", sacando a pasear los "sobres con fajos de billetes". Todo para evitar dar explicaciones sobre las cartas de recomendación de su mujer, Begoña Gómez, al empresario Carlos Barrabés que redujo a mera "declaración de interés". Ni una palabra sobre el máster que le montó a la mujer del presidente del Gobierno y que cuenta como patrocinadores a algunas empresas. "Mi mujer es honesta y responsable y mi Gobierno es un Gobierno limpio", aseguraba Sánchez pese a la sombre de corrupción del caso Koldo.

El líder socialista, que llegó a tomarse "cinco días de reflexión", se mostró ahora seguro de que la justicia archivará el caso de los negocios de su mujer. "Espero que pidan perdón a las personas inocentes", terciaba Sánchez quien culpó a PP y Vox por querer "su inhabilitación". "Lo que no consiguieron en las urnas lo pretenden hacer con denuncias falsas por la puerta de atrás", añadió Sánchez quien anticipó que tanto él como su esposa estarán "encantados de comparecer" en el Senado, si el PP lo requiere.

El presidente del Gobierno también mostró "su solidaridad" a otros políticos de izquierdas o "nacionalistas" que han sido "víctimas de la máquina del fango". "Les pido disculpas por no atajar este problema antes", prometía Sánchez en una referencia velada a Pablo Iglesias o Xavier Trias.

El presidente cree que "la única estrategia" para llegar al poder de Feijóo y Abascal, a los que siempre menciona unidos, es crear "la máquina del fango" con "instrumentos digitales" que se crean "bulos" de los que luego se hacen eco ambos partidos. "No me van a quebrar, van listos", reiteraba Sánchez ya recuperado de su supuesta depresión.

El reconocimiento de Palestina

La mayor parte del tiempo de los 45 minutos de comparecencia los ocupó la situación en Oriente Medio. Sánchez acusó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de condenar "al frío y al terror a un millón de niños inocentes" y anunció que España, junto a otros países como Irlanda o Noruega, reconocerá de manera oficial a Palestina en el Consejo de Ministros del próximo día 28. No dijo ni qué fronteras son las que admite España, ni qué capital es la que reconoce España o cual de los dos Gobiernos, el de Hamas en Gaza o el de Fatah en Cisjordania, considera legítimo.

El presidente justificó la medida "por paz, justicia y coherencia", tras leer "información pública y confidencial" sobre la situación en Gaza y que le ha llevado a concluir que "Netanyahu no tiene un plan de paz". "La solución de dos Estados está en peligro", aseguraba Sánchez quien anunciaba que su "compromiso con los derechos humanos no puede depender del color y de la religión".

"El reconocimiento es sólo el principio", aseveraba Sánchez quien espera que la medida sirva para decirles a los palestinos que "estamos con vosotros y vosotras y que hay luz al final del túnel". El presidente del Gobierno defendía el reconocimiento como "lo correcto" y prometía que ayudará a "construir un mediterráneo más estable". Incluso comparaba la situación de Ucrania con la de Gaza para decir que "debemos actuar" igual "sin dobles raseros", obviando que el conflicto lo desencadenó Hamas con su ataque a Israel el 7 de octubre con más de 1.100 muertos y decenas de secuestrados.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario