La constitución de las Cortes en Castilla y León parece haberse convertido en un escollo insalvable para la relación de PP y Vox a pesar de que ambos se necesitan para gobernar en esta comunidad, salvo que los populares logren la abstención del PSOE que exige a cambio imponer un cordón sanitario al partido de Abascal. El líder de Vox ha advertido esta mañana al PP de que "en estas condiciones no pueden apoyar una investidura".
A mediodía se conforma la Mesa del Parlamento autonómico, órgano rector de gran importancia que decide, entre otras cosas, dar trámite a las propuestas legislativas de los grupos parlamentarios. La votación sobre quién ocupará su presidencia podría hacer saltar por los aires cualquier margen de acuerdo entre Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo, lo que abocaría a una repetición de las elecciones si en el plazo de dos meses no logran limar asperezas y recuperan la confianza perdida.
"El PP está obsesionado con menospreciar a Vox"
Abascal ha acusado al PP en los pasillos del Congreso de estar "obsesionado con menospreciar a Vox" y, por primera vez, ha hablado claramente de una única línea roja: "No tener ni más ni menos que Cs". "No podemos admitir un trato diferenciado del que se había dado a otras fuerzas políticas con una representación parecida", ha rematado, advirtiendo de que en la sesión de esta mañana votarán a sus propios candidatos a la Mesa.
Mañueco admitió ayer en un mensaje en twitter haber propuesto a Vox un "acuerdo de gobierno" y reprochó a los de Abascal "no haberse movido en nada" mientras el PP "ha cedido para propiciar el entendimiento". "Entiendo la democracia desde el diálogo, no desde la imposición", remató el líder del PP en esta comunidad, después de que Alberto Núñez Feijoo reivindicara para su partido la presidencia de la Cámara autonómica.
El cruce de reproches
En respuesta a las declaraciones de Feijoo, el líder de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo, hacía público en redes sociales el documento que presentaron al PP como propuesta para un acuerdo de gobierno en lo que sin duda era un últimatum para advertir a los populares de las posibles consecuencias si no aceptaban sus condiciones.
En torno a las 21.00 de anoche el partido confirmaba públicamente que exigen la presidencia de las Cortes, una secretaría en la Mesa, la vicepresidencia del gobierno y tres consejerías, una menos de la que tuvo Cs porque reclaman reducir su número. A cambio, el PP ostentaría la presidencia del gobierno y seis consejerías, mismo número de la pasada legislatura.
La falta de entendimiento sobre quién debe ocupar la presidencia del Parlamento autonómico deja al PP en manos de otras formaciones para intentar retener este cargo que podría incluso ocupar el PSOE. Una situación muy arriesgada que recuerda a la que se produjo durante la constitución de las Cortes españolas tras las elecciones generales de noviembre de 2019. Durante aquellas negociaciones para conformar de la Mesa del Congreso, el PP exigió a Vox ceder a Cs de uno de los puestos que le correspondía por peso. La negativa impidió el acuerdo y facilitó que la izquierda acabara logrando un puesto más en este órgano.