A tan sólo 24 horas de que se constituyan las Cortes en Castilla y León y se dé a conocer si Vox presidirá finalmente el Parlamento autonómico, como paso previo para un acuerdo de gobierno, las negociaciones están completamente enquistadas. Fuentes de Vox aseguran que el PP sigue "sin asumir el resultado electoral" y pretende tratarles "peor" que a Cs. Desde el PP acusan a los de Abascal de "no moverse un ápice" y provocar con su "cerrazón" que el PSOE pueda acabar presidiendo la Cámara.
"La situación ahora mismo está muy mal", aseguran indignados en la formación de Abascal, insistiendo en defender la misma postura que vienen manteniendo desde el principio: "No ser más ni menos que Cs". Esto implica presidir el parlamento de Castilla y León, entrar en el gobierno en proporción al peso de sus escaños y pactar un programa común que recoja medidas de los dos partidos según el apoyo otorgado por los electores.
Fuentes negociadoras de ambos partidos confirman estar cerca de cerrar un acuerdo programático que parecía el principal escollo por las diferencias de criterio sobre las leyes LGTBI o de Memoria Histórica. Sin embargo, el problema está siendo el reparto de cargos. Vox entiende que el PP pretende negociar a la baja y reducir el peso de su partido mientras que los populares acusan a los de Abascal de "obsesionarse con el reparto de sillones".
Las exigencias de Vox
Aunque Vox evita hablar de líneas rojas, la presidencia de la Cámara y la entrada proporcional en el gobierno son exigencias imprescindibles para la firma de cualquier tipo de acuerdo que, a esta hora, no se ha producido. El tiempo apremia para que se constituya la Mesa del Parlamento autonómico, órgano rector que se configura a partir de las 12 del mediodía de mañana jueves y cuyo reparto de cargos depende de la habilidad de los partidos para negociar en un complicado juego de mayorías que, incluso, puede facilitar su control al PSOE en caso de que PP y Vox no logren ponerse de acuerdo para votar mutuamente a sus candidatos.
El PP negocia a contrarreloj con todas las fuerzas, asumiendo que la única suma posible para la investidura es el apoyo de la formación de Juan García-Gallardo, a pesar de lo cual los de Alfonso Fernández Mañueco siguen haciendo guiños a otras formaciones como Soria Ya para llegar a un acuerdo sobre la Mesa y evitar así que los de Abascal presidan el Parlamento autonómico, cargo para el que incluso empezaba a sonar el nombre de Fátima Pinacho, la única procuradora que Vox tuvo en la pasada legislatura y que ya tiene experiencia en la Cámara.
Fuentes del PP sostienen sin embargo que "aún hay tiempo para seguir negociando hasta mañana a mediodía". "Seguimos manteniendo contactos como hemos hecho desde el principio", aseguran, lo que implica intercambio de mensajes y documentos para intentar limar asperezas y lograr un acuerdo que, si no se produce, podría dar al traste con el gobierno y provocar la repetición de elecciones. Algo que el PP intenta evitar a toda costa ante el desgaste que podría sufrir en las urnas en medio de su crisis interna.