Después de varios días de tensión verbal, que finalizaron con Ione Belarra hablando de "partido de la guerra", llega la desescalada. Tras la rectificación de Podemos, asegurando que no se referían al PSOE, y la promesa de lealtad, con Isa Serra prometiendo el respaldo morado a Pedro Sánchez, ha llegado la respuesta de La Moncloa añadiendo a última hora un acto del presidente del Gobierno con Irene Montero y Ione Belarra.
La excusa ha sido el 8-M. La Secretaria de Estado de Comunicación ha confirmado, sólo dos horas antes de que comenzase el evento, la presencia de Sánchez en un acto del Día Internacional de las Mujeres. Su asistencia ha sido toda una sorpresa ya que no figuraba en su agenda. A la ceremonia, organizada por el ministerio de Igualdad de Irene Montero estaba prevista la asistencia de la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.
La idea era mostrar una imagen de unidad aunque Sánchez ha evitado cualquier referencia a las discrepancias de las últimas horas. En cambio, Montero llegó a agradecer a Sánchez su presencia "en estos días difíciles", por lo que significaba en su "voluntad unánime". Una foto y un recibimiento, el de Belarra en la puerta del Círculo de Bellas Artes recibiendo al presidente.
Además del posado de Sánchez con sus ministras más díscolas, también ha habido representación de varias carteras socialistas como Educación, Pilar Alegría; Industria y Comercio, Reyes Maroto o Ciencia, Diana Morant.
Sánchez vuelve a un acto de la OTAN
El ejecutivo cierra filas tras lo que consideran un desacuerdo puntual aunque Pedro Sánchez ya avisa que no rectificará. Este mismo martes, viajará a Letonia para visitar las tropas españolas que están dentro de la misión de la OTAN para reforzar la seguridad de los países bálticos frente a la amenaza rusa. El aumento de efectivos ya supuso una pequeña crisis en el Gobierno durante este pasado mes de enero cuando Podemos criticó el despliegue.
Sánchez también tendrá una reunión secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. En el Gobierno no descartan una mayor implicación si se lo piden sus socios. La semana pasada, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ya anunció un segundo despliegue aunque sin concretar la cifra
"No hay división"
Tanto en el Gobierno como en el PSOE niegan que las palabras de Belarra, hablando de partido de la guerra, hayan supuesto algún tipo de división. Los socialistas prefieren no darse por aludidos y recuerdan que, si se refería al bloque gubernamental, ellos también son parte de ese Ejecutivo que da armas a Ucrania.
La más contundente era Margarita Robles que, a primera hora, salía en una entrevista en Onda Cero pidiéndole a Belarra que "por la paz se trabaja, no se habla". "La única manera de trabajar por la paz, de defender la paz, es esta solidaridad con Ucrania", añadía sobre el envío de armas.
La rectificación de Podemos a las 12:00 de la mañana cambiaba el tono del PSOE. El portavoz de la Ejecutiva, Felipe Sicilia, templaba la situación una hora más tarde asegurando que "no hay grieta en el Gobierno". Incluso circunscribía las diferencias a un asunto puntual "puede haber discrepancias en torno a una medida en uno de los partidos que conforma el Gobierno junto al PSOE". A juicio de Ferraz, estamos ante un Gobierno "fuerte y sólido". Al menos, desde que Podemos ha excluido a los socialistas de ese "partido de la guerra".