Sucedió en 2014 en el Parlamento gallego. Alberto Núñez Feijóo pidió el turno de palabra y desde su escaño arremetió contra la nueva formación AGE, Alternativa Galega de Esquerda, a la que acusó de ejercer "la mayor violencia en 30 años de democracia". El presidente gallego tildó las intervenciones de Xosé Manuel Beiras y su número dos de "violencia verbal" e "insultos".
La hemeroteca da buena cuenta de ello. Desde el día que le llamó "enarca narcopresidente" o cuando le tildó de "moralmente delincuente" , pasando por cuando le culpó de los muertos en el accidente del Alvia a Santiago. Aunque hubo un día que sobrepasó todos los límites y muchos temieron que finalizara con una agresión física: un Beiras fuera de sí se levantó en plena sesión, se dirigió hasta Alberto Núñez Feijóo y golpeó su escaño mientras gritaba: ¡Me voy! ¡No hay Dios que lo aguante! Los que vivieron aquellos plenos hablan de una gran "tensión".
Han pasado ya ocho años y aquella chica morena, algo pasota vistiendo, con un tono áspero al hablar y sentada junto al histórico líder del nacionalismo gallego, es hoy ministra del Gobierno de España. Ahora una mujer elegante, que suele usar zapatos de tacón y con un fondo de armario en el que predominan los colores claros. Incluso posa para revistas de mujeres como Yo Dona! contando la predilección que siente por la moda. Su pelo tiene mechas rubias y caobas con unas suaves ondulaciones. Su tono de voz también se ha modulado: ahora es más dulce pero sin olvidar su acento gallego. Aquella número dos es Yolanda Díaz, la ministra mejor valorada del Gobierno de España según las encuestas.
De AGE a Podemos
Aquel partido, AGE, ya desaparecido, fue un banco de pruebas de un asesor en la sombra hasta ese momento desconocido: Pablo Iglesias Turrión. Aquella coalición inédita, entre Izquierda Unida y A Nova, una escisión del BNG, fue un éxito: se convirtió en la tercera fuerza gallega, con un 13% de los votos, sorpassando al BNG y rompiendo con el histórico tripartidismo en Galicia. Lo bautizaron como la Syriza gallega y, además de las tácticas habituales de la izquierda, se unieron discursos y estrategias populistas importadas de Laclau.
Sólo dos años más tarde, Pablo Iglesias fundaría Podemos. Nunca ha negado que aquella experiencia de AGE le marcó el camino: que era posible crear una nueva formación de extrema izquierda que relevase a Izquierda Unida. Una vez creado el partido morado, no dudaría en contar con aquella diputada de AGE, Yolanda Díaz, militante de IU hasta 2019. Ella fue la encargada de armar las mareas, que llegaron a gobernar en los Ayuntamientos de Ferrol, La Coruña o Santiago de Compostela.
Ahora, ella es la sucesora al frente de la candidatura a la presidencia del Gobierno. La encargada de armar unas coaliciones que releven las desgastadas siglas de Unidas Podemos.
La revancha
Dicen en el entorno de Yolanda Díaz que, si tenía alguna duda, la previsible llegada de Alberto Núñez Feijóo al frente de Génova 13, la ha acabado por animar. Tiene ganas de enfrentarse a lo que considera un "buen político" pero también de "desenmascarar" a un supuesto "neoconservador duro" . "No es moderado pero es de formas suaves", matizan en su entorno, donde pretenden reprocharle que fuese de los primeros en aplicar "la regla de gasto" y algunas privatizaciones.
Yolanda Diaz y Alberto Núñez Feijóo. Dos gallegos con visiones antagónicas encargados de resucitar sus formaciones. En el Ministerio de Trabajo creen que el todavía presidente gallego "no tiene margen", que su reto "es enorme" y que el problema del PP "no es de liderazgo". Aunque lo cierto es que el sucesor de Fraga ya unió al sector de las boinas y los birretes cuando se puso al frente del partido en su tierra. "Madrid no es Galicia", deslizan en el entorno de Díaz.
El proceso "de escucha"
En cambio, Yolanda Díaz parece tener la receta, o al menos eso cree, para revivir a Podemos. Lo primero será un proceso "de escucha" que comenzará en abril y que durará seis meses. Serán actos por toda España donde "escuchará" los problemas de la ciudadanía. En estos actos cívicos, además de "charlas y reuniones", habrá "conciertos" porque a la ministra "le gusta la música". No se descarta que entre esas actuaciones esté su nuevo grupo favorito: Tanxugueiras.
En definitiva: una mezcla entre las fiestas populares del PCE y las reuniones sectoriales que dieron origen a En Marche! el partido de Enmanuele Macron. La gira, que se presentará próximamente en una rueda de prensa, concluirá con un programa básico y con Yolanda Díaz asumiendo que sólo ella puede llevarlo a cabo. En ese momento, saldrá una candidatura, en la que habrá personalidades de la sociedad civil, y será el momento de pensar en la palabra, o siglas, que releven a Unidas Podemos.
La vicepresidenta segunda compaginará esta gira por España con otra internacional, vinculada a la Reforma Laboral, y que le llevará, principalmente, a Iberoamérica. En su entorno ya asumen que la agenda de Yolanda Díaz va a estar llena en los próximos meses con viajes "de oeste al norte y sur de país", además de un intenso calendario mediático.
Con el aval del PSOE
El nuevo partido cuenta con el aval del PSOE que saben que es necesario revivir ese espacio, para evitar que sus votantes se vayan a la abstención o las candidaturas de la España Vaciada, que fragmentarían aún más el voto. En Ferraz no ignoran que su flanco izquierdo está muy débil. Podemos es una marca amortizada y fían su recuperación al "proceso de escucha" que Yolanda Díaz representa. "Es más importante escuchar que hablar", dicen en el PSOE sobre el enigmático proceso que la vicepresidenta pretende lanzar.
La dirección federal de los socialistas cree que es "importante que crezca este espacio y se ordene". Saben que sin la izquierda del PSOE tienen muy complicado volver a gobernar y esperan que la amalgama de partidos y coaliciones se reordene con la vicepresidenta segunda. Ahora queda por ver si Yolanda Díaz traduce en votos su buena valoración como ministra.