El Gobierno asume que Pablo Casado está apurando sus últimas horas como líder del PP. Hasta que no haya cambios oficiales todavía le reconocerán como el "interlocutor" del principal partido de la oposición aunque la relación entre Génova y La Moncloa está "prácticamente rota", aseguran fuentes gubernamentales.
La prueba es que Pedro Sánchez no ha escrito a un Pablo Casado que se enfrenta a su momento más bajo desde que fuese elegido presidente del PP. En cambio, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sí ha dejado un Whatsapp de despedida a Teodoro García Egea, con quien se enfrentaba todos los miércoles en la sesión de control al Ejecutivo. "Más allá de nuestros cruces de datos, mi respeto absoluto hacia García Egea", decía la ministra de Trabajo en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, tras conocerse que este miércoles el ex secretario general del PP no acudirá al Congreso de los Diputados.
En La Moncloa aguardan con cautela la previsible llega de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP. En los ministerios socialistas reconocen que la interlocución con el gobierno gallego ha sido buena durante estos años, aunque no creen que su entronización al frente de los populares vaya a solucionar algunos problemas enquistados como la renovación del CGPJ.
El viernes, primer encuentro "fortuito"
El primer encuentro entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo tras la crisis del PP se producirá este viernes en isla de La Palma, donde se celebrará la Conferencia de Presidentes. Allí asistirán todos los jefes de los ejecutivos autonómicos, salvo Pere Aragonés que ha comunicado este martes que se ausentará pese a que su equipo había participado en los trabajos previos.
En La Moncloa no esperan un encuentro entre Sánchez y Feijóo hasta que no sea ratificado como líder del PP. A la Conferencia, acudirá como presidente de la Xunta y como tal se le tratará. El Gobierno esperan una cumbre tranquila porque, algunos de fricción con presidentes populares, como los fondos europeos, se han apartado. "Se han quedado sin argumentos", aseguran en el Gobierno tras constatar "el fracaso" de varios políticos del PP que han intentado denunciar el reparto ante Bruselas. Además, creen que la situación interna del partido les perjudica y no esperan que se produzcan muchos choques.
Además de Feijóo, se producirá otra escena curiosa: los presidente autonómicos del PP juntos tras la crisis del PP. Ya que acudirán los presidentes de Andalucía, Murcia, Castilla y León y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El Gobierno central desplegará a su núcleo duro. Además de Sánchez, a la Conferencia de Presidentes acudirán el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera; la ministra de Sanidad, Carolina Darias y el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska.
Duelo de gallegos
De todo el Ejecutivo, la persona que mejor conoce a Alberto Núñez Feijóo es la también gallega, Yolanda Díaz. No en vano ya se enfrentaron en las urnas en 2012, cuando la ahora ministra se presentó junto a Xosé Manuel Beiras al frente de AGE, Alternativa Galega de Esquerdas, que se convirtió en la tercera fuerza del Parlamento Gallego, sólo por detrás del PSdeG.
"Es un buen político", aseguran en el entorno de Díaz donde no ocultan la emoción que a la ministra de Trabajo le produce volver a enfrentarse en unas elecciones con el presidente de su tierra porque "fue pionero en muchas de las privatizaciones". Le reconocen que comunica bien, que no va dar tantos virajes como Pablo Casado y que sabe hacer política pero dicen de él que "en materia económica es hiper radical". "Es un neocon fuerte", añaden el núcleo gallego del ministerio de Trabajo que piensan trasladar esa idea a la ciudadanía.
El PSOE habla de "capo de la mafia"
Si en el Gobierno aguardan con cautela la llega de Feijóo, en el PSOE ya empiezan a construir el relato ante la inminente llegada del gallego a la presidente del partido. El argumentario oficial habla de un pacto entre Ayuso y Feijóo para "ocultar la corrupción del partido". La demonización del previsible líder popular incluirá una ensalzamiento de ahora ahora aborrecido Pablo Casado, al que acusaban de ultra: "le echan por denunciar la corrupción del partido", argumentan fuentes de la dirección federal que tachan al presidente gallego del "capo de la mafia".
En el PSOE rechazan cualquier tipo de comparación con la crisis que vivieron en 2016. "Nuestra crisis fue por ideología, lo suyo es por corrupción", aseguran dirigentes del PSOE sobre el Comité Federal que acabó con la dimisión de Pedro Sánchez para volver triunfante, gracias a unas primarias, sólo unos meses más tarde.