El Gobierno y sus socios asisten estupefactos al último espectáculo de autodestrucción del principal partido de la oposición. Los socialistas han visto una vía para atacar y debilitar a Pablo Casado. Frente al tono institucional y buenas formas usado por los ministros, el partido centra sus críticas en Casado y Ayuso.
El PSOE pedirá una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid para investigar no sólo el espionaje sino también si los supuestos contratos del hermano de la presidenta autonómica son ciertos. No es la primera vez que se aprovechan de los dosieres de Génova contra Ayuso. El pasado 11 de noviembre, la diputada socialista en la Asamblea, Carmen López, reprochó a la presidenta regional los supuestos contratos de su hermano. Por primera vez en un pleno, se atacaba a Isabel Díaz Ayuso con la información elaborada presuntamente por los espías contratados por fontaneros de la dirección nacional del PP para destruir a la presidenta madrileña. Unos días más tarde, reconocía que no tenía pruebas.
En Ferraz quieren aprovechar la mancha de aceite extendida por Génova para atacar a ambos líderes del PP, tanto a Ayuso como a Casado. "La corrupción hace daño a la democracia", dicen fuentes socialistas que no descartan que aparezcan más casos de espionaje en plena guerra por los pactos en Castilla y León.
El tono institucional del Gobierno
El Gobierno ha querido trasladar la imagen de que está concernido por el escándalo y todos los ministros responden con tono serio a las novedades. "Sólo les faltan las palomitas", espetaba en los pasillos del Congreso una periodista a la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que endurecía el gesto y afirmaba que las novedades conocidas "no son buenas para la democracia" y que "ningún demócrata se puede alegrar".
"Provoca zozobra e incertidumbre a los ciudadanos", redondeaba Montero que había calificado las noticias conocidas en las últimas horas como "gravísimas e inadmisibles". "En plena pandemia, el principal partido de la oposición está en el juego de espías y no ha aprendido nada de la moción de censura", sentenciaba en el pasillo del Congreso.
Desde Asturias, donde se encontraba en un acto oficial, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, añadía que "lamentablemente, no es la primera vez que ocurre". "En estos momentos se están juzgado hechos similares en la Operación Kitchen", recordaba mientras deseaba que "por el interés general del país", el PP sea capaz de dar "una respuesta ejemplarizante".
Hasta el ministro de Consumo, Alberto Garzón, optaba por la prudencia. "Son acusaciones de gran calado. Hace falta clarificarlos y que entre la justicia, pero tenemos que conocer más informaciones", decía el titular de la cartera en manos de Unidas Podemos.
El PSOE contra Ayuso y Casado
Más contundente era el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, quien desde los pasillos del Congreso aseguraba que Casado "tiene que dar explicaciones a la ciudadanía". Ferraz quiere saber si Ayuso "ha sido víctima de un espionaje", pero también si el presidente del PP "era conocedor de un supuesto ilegal de una contratación irregular y de no haberlo puesto en conocimiento de la Fiscalía para que se investigara". "Se quedó con esa información para luego utilizarla de forma torticera para coaccionar a la señora Ayuso", añadía Sicilia
"El PP de Casado sigue con las mismas prácticas corruptas del PP de Rajoy y Aznar. El mismo PP haciendo lo mismo y de la misma forma", añadía antes de rematar reiterando a Casado que de "explicaciones".
Rufián habla de mafia
Entre los socios del Gobierno, el adjetivo más desmesurado volvía a ser nuevamente de Gabriel Rufián. El portavoz de ERC hablaba de "peleas de clanes mafiosos". "La pregunta es cuántas veces se ha hecho", recordando de nuevo la operación Kitchen. "Casado queda muy tocado. No sé si llegará a las generales", pronosticaba el líder separatista.