Tudanca, de la derrota inevitable a su posible segundo "Gordo"
Las expectativas del PSOE han cambiado tras la caída demoscópica del PP. Ahora acarician la posibilidad de gobernar con una línea roja: excluir a Vox.
El pasado 22 de diciembre, Luis Tudanca recibió una buena noticia: le había tocado el Gordo de Navidad en un boleto compartido con varios amigos. El secretario general del PSOE de Castilla y León recibió 100.000 euros después de unas semanas un tanto aciagas en lo político. Alfonso Fernández Mañueco había convocado elecciones anticipadas y las encuestas pronosticaban que rozaría la mayoría absoluta.
El año comenzó con Tudanca hablando ante el Comité Federal del PSOE tras la polémica por las macrogranjas de Alberto Garzón. El escenario no podía ser peor: se instalaba el discurso de la izquierda contra el campo. Tres días más tarde, el 9 de enero, Pedro Sánchez era recibido con protestas de agricultores y ganaderos en Palencia. El secretario general del PSOE decide en ese momento "desaparecer" de la pre-campaña. Tarda 20 días en volver a pisar la región.
La desazón se instala en los socialistas que reconocían en privado que aspiraban, con suerte, a rebañar un 10% de los votantes de Ciudadanos. La candidaturas de la España Vaciada amenazaban con pegarle un buen bocado en algunas provincias: poco se podía hacer. Tudanca no tenía tirón, decían algunos.
Su pre-campaña se basa en actos pequeños, sin apenas ministros. Ferraz diseña en ese momento, una campaña con tres actos de Sánchez: Zamora, León y Valladolid. La implicación era mínima. Incluso se afirma que el acto central sería uno en Segovia con todos los barones pero sin el presidente del Gobierno.
Se activa la maquinaria
Sin embargo, nada más poner la maquina electoral, los cuarteles socialistas detectan que sus simpatizantes están más movilizados. "Al PSOE le ha venido bien el triunfo de 2019. Nuestros votantes han visto que el cambio es posible", añadía un alto cargo en el ecuador de la campaña. "Hay ganas de cambio tras 35 años de Gobierno del PP y esta vez sólo el PSOE puede concentrar ese voto", certificaban.
Los continuos tropezones del PP empiezan a marcar una caída demoscópica. En la ciudadanía castellanoleonesa se instala el discurso de que Mañueco convocó las elecciones sin motivo. "Comenzaron la campaña hablando demasiado de Pedro Sánchez y la gente quiere soluciones sus problemas más cercanos", afirman socialistas que critican la fórmula empleada por el PP. "Abusaron de la campaña rural cuando Castilla y León es una comunidad muy industrializada", añaden como clave de los errores del rival.
El PSOE añade un cuarto mitin de Sánchez en Soria. En esa provincia, los socialistas habían ganado con comodidad en las últimas autonómicas pero la plataforma Soria ¡Ya! amenaza con arrebatarles varios procuradores. Mientras tanto, el Gobierno se vuelca con la campaña y anuncia inversiones millonarias en el campo, a cargo de los fondos europeos, durante el último Consejo de Ministros antes de las elecciones. El BOE y el CIS, la única encuesta que pronostica una victoria del PSOE, a pleno rendimiento para crear un estado de ánimo a favor de Tudanca.
Y la estrategia funciona
Durante la última semana, se empieza a instalar en los cuarteles de Ferraz y de Valladolid que es posible una victoria y quedar por encima del PP. No se va a llegar a los 35 procuradores de 2019 pero los bloques están igualados. Hay posibilidad de ganar algún diputado más en liza en Burgos, Soria y Segovia. La incógnita es el crecimiento de Vox que no revelan. El miércoles la euforia empieza a crecer. Ferraz comunica que abrirá las puertas y habrá valoraciones durante el domingo electoral. Algo que no sucedió durante las autonómicas madrileñas.
Los socialistas acarician la posibilidad de gobernar y Pedro Sánchez se vuelca en la campaña. Ese mismo miércoles, por la mañana, anuncia que esa tarde estará en Burgos en un mitin en el que sólo estaba prevista la presencia de Zapatero y Tudanca. Los socialistas repiten la estrategia de Soria: que el presidente del Gobierno de un mitin en una provincia en la que una de las plataforma de la España Vaciada puede obtener resultado.
Mientras tanto, el Gobierno desembarca en pleno. Hasta cuatro ministros al día. Incluyendo algunos sin carné socialista como José Luis Escrivá. El jueves el PP empieza a reconocer la caída en los sondeos y el presidente de GAD3, Narciso Michavila, reconoce en una entrevista que la izquierda puede ganar las elecciones si la participación a las 14:00 baja del 33%. La noticia corre como la pólvora por los WhatsApps socialistas.
Además, los pronósticos de lluvia no son buenos para el PP. Un socialista apunta: "Hay mucha gente mayor conservadora que en invierno vive en la ciudad con la familia y en la primavera/ verano van al pueblo donde están censados". A algunos les sorprende que un partido que lleva 35 años gobernando Castilla y León haya escogido una fecha tan mala. "El problema es que a partir de marzo tienen varios juicios como el caso Perla Negra", deslizan.
Empiezan a pensar en pactos
Mientras el PP se enreda en si gobernarán o no con Vox, los socialistas van dejando claro qué harán. Durante el último día de campaña, Luis Tudanca concede varias entrevistas y una rueda de prensa para que le pregunten por posibles pactos. La estrategia está clara: visibilizar su carácter presidenciable. La "única línea roja es Vox", señala el candidato, estableciendo un cordón sanitario.
Se da por descontado el apoyo de Unidas Podemos y también de UPL, con la que ya se tiene experiencia de gobierno en León. El líder socialista elogia alguna de las candidaturas de la España Vaciada, por "visibilizar" los "desequilibrios" en la región aunque reconoce que son "movimientos heterogéneos" y ataca a una de ellas: "En el caso de la provincia de Valladolid hay quince exmiembros de Ciudadanos".
Sobre la formación naranja también habla. Los trackings internos apuntan a una representación pequeña de la formación de Francisco Igea pero que podría ser decisiva, añade que se sentará a hablar con todos pero pone "peros". "El problema de Ciudadanos es que ya prometieron el cambio y acabaron haciendo presidente a Mañueco. Fue el que cerró la puerta al cambio", añadía Tudanca tratando de pescar en el caladero de exvotantes naranjas pero sin cerrarles las puertas.
El viernes la euforia es contenida. Los socialistas contienen la respiración ante unos resultados que no soñaban al comienzo de la campaña. La desazón y el nerviosismo se apodera del PP. Este sábado, Tudanca aprovechará para "descansar y estar con la familia". El domingo espera que le toque su segundo Gordo: gobernar la Junta. Igual que el boleto de Navidad será un premio repartido con varios "amigos".
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