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La caída del PP pone en alerta a Vox ante el riesgo de no sumar mayoría

"Hay un 15% de posibilidades de que pueda gobernar la izquierda", advierten fuentes de Vox.

"Hay un 15% de posibilidades de que pueda gobernar la izquierda", advierten fuentes de Vox.
Vox cierra su campaña con un acto en Valladolid. | EFE

La campaña en Castilla y León está siendo más frenética de lo que se preveía. La recta final arroja un panorama completamente distinto a los pronósticos iniciales de un PP que se mostraba convencido de poder gobernar en solitario e, incluso, llegar a la mayoría absoluta. Sin embargo, según avanzan los días, Alfonso Fernández Mañueco se ha ido desinflando hasta el punto de hacer saltar las alarmas no sólo en el PP, sino también en Vox, por el riesgo de no sumar mayoría.

Fuentes de Vox explican a Libertad Digital que, según sus propios cálculos internos, hay aproximadamente un 15% de posibilidades de que el PSOE pueda sumar con Podemos, Cs y los partidos más pequeños de la llamada España Vaciada. Aunque se trata de una posibilidad lejana, no puede descartarse por completo, de ahí se explica que el PSOE haya puesto en marcha toda su maquinaria para intentar que se convierta en una realidad.

La horquilla más baja de los datos que manejan en Vox sitúa la suma de ambos partidos en los 40 escaños, con 30 para el PP y 10 para los de Abascal, lo que les dejaría a un procurador de poder sumar mayoría absoluta. "La tendencia del PP es muy mala", advierten fuentes de la dirección del partido que admiten su "preocupación" por la deriva del PP de Pablo Casado y sus constantes "bandazos".

Vox recuerda lo ocurrido en Cataluña y cómo el PP centró su campaña en atacar a Vox, al igual que ha ocurrido en Castilla y León. "Siempre que nos atacan acaban perjudicándose a sí mismos", sostienen los de Abascal, recordando la famosa entrevista de Pablo Casado en Rac1 durante la campaña de las catalanas y la que dio en COPE a punto de comenzar la de Castilla y León, cuando atizó a Santiago Abascal y a Vox con una beligerancia que no se había visto desde la moción de censura a Pedro Sánchez.

El "fuego amigo"

Los de Abascal admiten haber entrado en confrontación con el partido de Casado pero sólo para responder a sus ataques. Su idea inicial era mantener una estrategia similar a la empleada por ambas formaciones en Madrid cuando evitaron por todos los medios el fuego cruzado y focalizaron todas sus críticas en el PSOE y Unidas Podemos, advirtiendo contra la llegada de un gobierno "socialcomunista" como el de Pedro Sánchez. La única diferencia, recuerdan, es que en esta ocasión han advertido desde el primer momento que "no cederán sus votos gratis", como ocurrió con Isabel Díaz Ayuso.

Las jornadas previas al arranque de campaña hacían prever una campaña similar a la de Madrid, con PP y Vox volcados en contrarrestar los ataques del ministro de Consumo, Alberto Garzón, contra los ganaderos españoles en la prensa extranjera. La oportunidad que les brindó hacer girar la campaña en torno al campo, la España rural, los autónomos y la economía, acabó saltando por los aires cuando los problema locales quedaron eclipsados por la agenda nacional de los partidos políticos.

Engordar las expectativas

Otro de los problemas que analizan fuentes de Vox es la expectativa tan alta con la que el PP arrancó la campaña, con 39 escaños. Se trata de una cifra difícil de alcanzar ante la profunda fragmentación política existente, por lo que colocarse en esa posición apenas deja margen de mejora pero sí existe el riesgo de ir cayendo según avanzan los días, como de hecho ha ocurrido. De esa forma, incluso lograr mejores resultados que hace tres años acaba interpretándose como un fracaso.

Es algo que Vox experimentó en las elecciones generales de abril de 2019, cuando irrumpieron en el Congreso con 24 escaños que dejaron un sabor amargo al no haber logrado alcanzar las expectativas de algunos sondeos que les situaban en los 50 diputados. Una lección que el partido aprendió y por la que siempre han optado por mostrarse conservadores en los pronósticos para no provocar que el electorado se confíe, al mismo tiempo que se evitan decepciones.

La recta final

Para evitar por todos los medios que la izquierda gobierne, el PP ha movilizado a todos sus cargos, incluido a Mariano Rajoy en la recta final de campaña, o a Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijoo para el acto de cierre. Fuentes del partido niegan la posibilidad de que puedan perder el gobierno de Castilla y León y aseguran tener "buenas sensaciones".

Por su parte, Vox ha sorprendido el penúltimo día de campaña prometiendo hacer suyas las reivindicaciones de la España Vaciada para intentar frenar su ascenso. La formación explica que se trata de un programa que pueden asumir al 90% por coincidir en las mismas propuestas. Recuerdan que en el Congreso de Viva 21 situaron el eje central del acto en las provincias españolas, no en las autonomías.

La contienda en cualquier caso no sólo atañe al ámbito autonómico sino que tendrá trascendencia a nivel nacional. Andalucía es la siguiente en la lista electoral y lo que ocurra en Castilla y León puede determinar la fecha de las elecciones, que podrían no adelantarse si el PP obtiene un mal resultado, y las expectativas de voto de los partidos que pueden verse afectadas por las negociaciones que se lleven a cabo en Valladolid para formar gobierno.

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