"No va a condicionar nada", repite un alto cargo del Gobierno. El portazo de ERC y Bildu a la Reforma Laboral no es el principio de un divorcio. Sólo un alto en un romance que comenzó cuando Pablo Iglesias tejió unas alianzas para establecer a los separatistas como "socios preferentes". Su mayor legado tras su paso por el Ejecutivo.
"Se trata de una votación singular con condicionantes que no tiene otra votación", añade un ministro que advierte que el rechazo de hoy que "no tiene que afectar a ninguna otra ley". El Gobierno cuenta con Gabriel Rufián para aprobar otras leyes como la de Vivienda. El PSOE ya busca recomponer los puentes dañados. "Nos quedan dos años para seguir transformando este país y lo vamos a hacer con nuestros socios de siempre", añadía la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra.
En el sector separatista, la intención es la de continuar pactando con el Gobierno. "Algunos creen que se acaba el mundo, pero no. Mañana tenemos que seguir hablando porque somos muy conscientes de la alternativa", añadía Gabriel Rufián. En un tono similar, el diputado de EH Bildu, Oskar Matute, asegura que "si hoy se fractura, desde mañana tocará rehacerlo".
Negociar voto a voto
En el Gobierno creen que lo importante era sacar la Reforma Laboral y que, ante una votación similar, "nuestra estrategia va a ser la misma". Es decir: tendrá prioridad ERC y Bildu pero si, se caen, se abren a negociar con el nuevo abanico de fuerzas-
"Vamos a dialogar con todos", dicen desde el grupo parlamentario del PSOE donde advierte que irán negociando "norma por norma". "Lo importante es que este Gobierno va sacando todas las votaciones", añaden desde Ferraz. "Seguiremos negociando cada votación", sentencian fuentes próximas a uno de los ministros más importantes del Ejecutivo.
La vía Ciudadanos
¿Y se contará con Ciudadanos para otras votaciones? "Ojalá", advierte un miembro del Gobierno consciente de que cada voto cuenta y que quiere abrir el abanico. "Venían de una situación muy difícil", añade mientras elogia la disposición de Inés Arrimadas para votar a favor sin pedir nada a cambio.
En los últimos días, se ha abierto algún canal con la formación naranja, más allá de las conversaciones con Bolaños. La semana pasada, ministra de Justicia, Pilar Llop, se reunió con Edmundo Bal para presentarle al nuevo secretario de Estado de Justicia y pedirle su opinión sobre algunos de los temas más candentes.
En Ciudadanos advierten que su "forma de actuación será la misma". Se abren a negociar pero tendrá la última palabra. Recuerdan que, además de la Reforma Laboral, han respaldado la Ley de FP, donde aseguran que se han incluido varias de sus enmiendas. También se muestran partidarios de votar la Ley de Seguridad Vial.
En cambio, Ciudadanos ha comunicado al Gobierno que no piensa respaldar ni la Ley de Vivienda, ni la Ley Concursal, ni tampoco la Ley de Memoria Democrática. "Son una salvajada", añaden mientras lamentan que en estos no se les escuche. "No vamos a participar en una enmienda a la Transición, ni a una ley intervencionista", aseguran poniendo sus líneas rojas. Hay partido, si alguien quiere jugar.