Las elecciones en Castilla y León se han convertido en un auténtico plebiscito sobre la derecha ante el permanente cruce de acusaciones que mantienen PP y Vox, dejando vía libre a la izquierda para avanzar, y poder presumir de mayor unidad, frente a una derecha completamente fragmentada.
A pesar de la intención inicial del candidato popular, Alfonso Fernández Mañueco, de seguir la estela de Isabel Díaz Ayuso en la campaña de Madrid y evitar la confrontación con Vox, el líder del PP, Pablo Casado, ha dado un giro a la campaña al endurecer sus críticas contra Santiago Abascal, al que ha acusado de defender "muchas veces" al ruso Vladimir Putin, de ser antieuropeísta o de haber negociado con Pedro Sánchez su abstención al decreto sobre los fondos europeos.
Una estrategia arriesgada que está eclipsando los problemas de ámbito regional para convertir estas elecciones en un termómetro sobre la situación nacional, de cara a unas generales, además de una segunda vuelta sobre el liderazgo de Pablo Casado dentro el PP, como evidencian las críticas de José María Aznar el pasado sábado, en un mitin, cuando dijo que "quienes eligen populismos mentirosos y falsos" es porque "no tienen un referente fuerte en el que confiar".
El liderazgo de Casado en el PP
El líder del PP tuvo que reivindicarse al día siguiente y proclamar, durante otro mitin, que él es "reformista", después de que Aznar hiciera un llamamiento a ganar para "construir", para "integrar, no fraccionar" porque "construir es liderar", dijo, cuestionando claramente el liderazgo de Casado al frente del PP, además de su fracaso a la hora de unir el centroderecha español.
Santiago Abascal pasó también al ataque el sábado cuando dijo, durante un mitin, que "cuando uno se pone nervioso comete muchos errores", en respuesta a las críticas lanzadas por Casado, al que acusó de "no parar de mentir sobre Vox desde hace año y medio", en referencia a la moción de censura contra Sánchez.
El líder de Vox añade este lunes a su respuesta un tuit en el que asegura que "arrecian los ataques contra Vox desde el centrito cobarde", retirando al PP la condición de "derecha". "Esta es la única explicación de lo nerviosos y agresivos que están", asegura haciéndose eco de una encuesta que da a Vox 79 escaños, 91 diputados al PP y 94 al PSOE con los que Sánchez no suma para gobernar.
Vox pide poner fin a las hostilidades
El vicepresidente político de Vox, Jorge Buxadé, también ha respondido en una rueda de prensa a la pretensión del PP de repetir las elecciones en Castilla y León, antes que pactar cualquier tipo de acuerdo con Vox como publica El Confidencial. "Estamos absolutamente preocupados por los ataques a Vox del ministro de la oposición", ha dicho en referencia a Casado.
"Nos sorprende que hayan dejado tan claro al inicio de la campaña que no van a respetar el resultado electoral", ha añadido. "Lo que quieren en el fondo es que los españoles voten lo que ellos le digan y están dispuestos a repetir las elecciones hasta que voten lo que quieran", ha criticado.
En un intento por mostrar una actitud algo conciliadora, consciente del desasosiego que puede provocar en el electorado de derechas el constante cruce de acusaciones entre PP y Vox, Buxadé ha valorado que el PP "se equivoca porque sigue golpeando la esperanza de miles de españoles que esperan que nos pongamos de acuerdo para derrocar al régimen de Pedro Sánchez", ha dicho, mostrándose partidario de poner fin a las hostilidades.