El Gobierno de Pedro Sánchez continúa avanzando en su agenda ideológica en el Parlamento después de aprovechar los peores meses de la pandemia para aprobar, vía decreto, sus medidas más polémicas sin apenas resistencia por el confinamiento. En paralelo, la derecha agudiza sus diferencias hasta el punto de verse inmersa en una guerra fratricida que aleja cada vez más las posibilidades de pactar una alternativa a la izquierda.
Con la campaña de Castilla y León como telón de fondo, PP y Vox siguen centrados en marcar distancias entre ellos en lugar de volcar esfuerzos en atacar al PSOE o Unidas Podemos, trasladando así la idea de que un posible pacto contra Pedro Sánchez, a nivel nacional, es casi imposible.
Pablo Casado ha elevado este lunes el tono de sus ataques contra Santiago Abascal, después de romper por completo con Vox en la moción de censura a Pedro Sánchez. En una entrevista en Cope ha llegado a cuestionar la utilidad de este partido al preguntarse "qué aportan Vox o Cs en relación a lo que defiende el PP".
"¿Es que el PP no defiende la unidad nacional y la seguridad ciudadana y la educación en libertad y la familia y la maternidad y la lucha contra la inmigración ilegal y la regeneración política contra las malas prácticas?", ha dicho el líder del PP después de apelar a la "reunificación del centroderecha español por la base", con el objetivo de evitar que "la izquierda pueda volver a gobernar".
"Vox vive de parecer ser el PP"
Fuentes de la dirección del PP consultadas por Libertad Digital añaden en su crítica a Vox que los de Abascal "no pueden vivir eternamente de parecer ser el PP". "Nosotros a lo nuestro", añaden, defendiendo la necesidad de no volcar esfuerzos en atizar a Vox, a pesar de que sus dirigentes centran sus ataques en este partido.
En su cascada de críticas hacia Vox, Casado ha acusado al partido de ser antieuropeísta, de "ponerse de acuerdo con el gobierno" para aprobar el decreto sobre los fondos europeos, de guardar silencio sobre Ucrania y de "haberse manifestado en muchas ocasiones a favor de Vladimir Putin".
Fuentes de la dirección del PP aclaran que Casado se refería, por ejemplo, a las palabras de Santiago Abascal en el libro de Fernando Sánchez Dragó titulado Santiago Abascal, La España Vertebrada, cuando el líder de Vox aseguró que "nunca había dicho que tuviera manía a Putin" o negó haberse "metido nunca con el presidente ruso". Abascal, durante la entrevista con Dragó, también aclaró que "no sabe qué gana Vox acercándose a Putin".
El "nerviosismo" de Casado
El vicepresidente político de Vox, Jorge Buxadé, ha calificado las declaraciones de Casado de auténticas "mentiras", después de referirse al líder del PP como el "ministro de la oposición" por pactar con el gobierno de Pedro Sánchez la renovación de todos los órganos constitucionales, salvo el CGPJ. "Que Casado saque una sola declaración de un dirigente de Vox en la que decimos estar en contra de la Política Agraria Común", ha retado al líder del PP.
Buxadé ha defendido que su partido está del lado de Ucrania en el conflicto con Rusia y ha rechazado respaldar al gobierno de Pedro Sánchez en el envío de tropas hasta que explique su postura y pida permiso al Congreso como exige la Ley de Defensa Nacional.
Fuentes de Vox atribuyen la escalada verbal de Casado a su "nerviosismo" por las elecciones en Castilla y León y a la posibilidad de que tenga que apoyarse en ellos para gobernar, como ya recogen algunas encuetas, que arrojan un estancamiento del PP al tiempo que Vox seguiría imparable en su ascenso.
Cs, contra la derecha
En este marco también encuadran las duras críticas que recientemente ha proferido Cs contra ellos al acusarles de ser franquistas, machistas, xenófobos o de llegar a compararles con Bildu. "Es un todos contra Vox", aseguran, metiendo en el mismo saco al PSOE.
La precampaña en Castilla y León arrancó con la derecha alineada en sus ataques al gobierno del PSOE y Unidas Podemos por las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en contra de la ganadería y la agricultura española, pero según avanzan los días ha girado hacia un cruce de acusaciones entre PP, Vox y Cs, a pesar de que los tres podrían acabar necesitándose para gobernar.