Al Gobierno siguen sin salirle las cuentas para aprobar una de las leyes más importantes de la legislatura y uno de los principales compromisos con Bruselas: la reforma laboral. A la oposición manifiesta de Bildu, ERC o Más País, que consideran que se ha quedado corta y que mantiene la legislación de Fátima Báñez casi en su integridad, se suma ahora el PNV . Los nacionalistas vascos presionan para que se reconozcan los convenios autonómicos pese a que la patronal vasca, Confebask, sí respalda el acuerdo de la CEOE con los sindicatos.
En La Moncloa han mandado a su hombre fuerte, Félix Bolaños, el vicepresidente en la sombra, a desencallar este conflicto. El ministro de Presidencia priorizará a los socios habituales de legislatura. Este martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, se dirigía a ellos y les advertía que "votar en contra de la reforma laboral es votar a favor de la reforma de 2012 impuesta por Bruselas".
El Ejecutivo no piensan aceptar cambios en la norma pactada entre la CEOE, UGT y CCOO porque, según fuentes gubernamentales, "una enmienda o un cambio estético puede trastocar el diálogo social". La reforma laboral serán lentejas para sus socios. El margen de maniobra del Gobierno es limitado: sólo le queda la persuasión y el miedo a la derecha.
De momento, los únicos socios que no se han mostrado en contra son los regionalistas cántabros y Teruel Existe. En el Ejecutivo saben que los cuatro diputados del PDCAT, escindidos de Junts, tienen disponibilidad e incluso podían sumar a otros partidos no habituales como Navarra Suma y Coalición Canaria, ya que Ana María Oramas ha asegurado que no va a votar en contra de un acuerdo entre la patronal y los sindicatos.
Relegar a Ciudadanos
Más conflictivo para el Gobierno es la disponibilidad de Ciudadanos. Inés Arrimadas se ha mostrado partidaria de "actuar con responsabilidad de Estado" y ha asegurado que está razonablemente satisfecha con el acuerdo: "Con este Gobierno, podría haber sido peor". Sin embargo, Unidas Podemos no quiere que su ley estrella acabe siendo apoyada por los 9 diputados naranjas que quedan en el Congreso.
"Esta reforma va en contra de lo que defiende Ciudadanos", aseguraba la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, este miércoles en una entrevista en TVE. La titular de Empleo además se ha mostrado en contra de otras propuestas de Arrimadas que podrían ser utilizadas como condición en la negociación: "Estoy en contra de la mochila austriaca" , añadía mientras recordaba el pacto del abrazo de Rivera y Sánchez.
El desprecio de los morados por Arrimadas es evidente. En el entorno de Bolaños lo saben y relegarán a Ciudadanos a la hora de negociar. La prioridad ahora será PNV. Creen que pese a su oposición actual podría acabar virando hacia el sí. Lo siguiente será conseguir que ERC y Bildu se muevan a la abstención. Lo que ya está descartando es la idea de Sánchez de conseguir el apoyo del PP. Sólo se trataba de un discurso. Con ellos no tienen pensado sentarse a negociar.